cp049 Competición Filial ¡Mira a Cristo!

cp49 Competición Filial ¡Mira a Cristo! Examinamos lo que la Biblia dice sobre el espíritu de competición entre los hermanos. Este destruye la posibilidad del verdadero amor.

cp49 Competición Filial ¡Mira a Cristo! Examinamos lo que la Biblia dice sobre el espíritu de competición entre los hermanos. Este destruye la posibilidad del verdadero amor.

cp49 Competición Filial ¡Mira a Cristo!

Por David Cox
[cp49] v1 ©2014 www.folletosytratados.com
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Rom 12:10 Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros.

En mis otros folletos hemos visto que los hermanos no deben pelear entre sí (ig34-cox-hermanos-no-se-pelear-v1.doc), y que el hombre de Dios (qué es la imagen de Cristo) no es una persona conflictiva o contenciosa (ig30-cox-ministro-no-contencioso-v2.doc). Pero aun, necesitamos entender que está mal que los hermanos desvian su vista de seguir a Cristo a buscar maldad hacia a sus hermanos en Cristo. Tenemos que “dar la preferencia” a nuestros hermanos, poniendo su bien adelante de nuestros interesés. Es una actitud de promoverles porque Dios así quiere. Es de negarnos a nosotros mismos.



Juan, el Favorito de Jesús

Jn 21:20 Volviéndose Pedro, vio que les seguía el discípulo a quien amaba Jesús, el mismo que en la cena se había recostado al lado de él, y le había dicho: Señor, ¿quién es el que te ha de entregar? 21 Cuando Pedro le vio, dijo a Jesús: Señor, ¿y qué de éste? 22 Jesús le dijo: Si quiero que él quede hasta que yo venga, ¿qué a ti? Sígueme tú.

Aparentamente los apóstoles no supieron inmediatamente en el tribunal y muerte de Jesús ni aun después que había resucitado y estaba listo para su ascensión ¡QUIEN ENTREGÓ A JESÚS A LOS JUDÍOS!

Pedro vio la relación entre Jesús y el Apóstol Juan con despreció. Regresamos al mismo de la madre y los hijos de Zebedeo Mat 20:20-23 que quisieron un lugar de preeminencia para ellos mismos. Pedro pensó que Juan (quien estaba presente en el tribunal igual como Pedro) era complíce con los líderes de los judíos. Pero aunque Pedro quiso hacer algo en contra de Juan, Jesús le puso derecho, su vida espiritual no debe girar alrededor de tumbar a otros sino a seguir personalmente y individualmente a Cristo.

El problema con Pedro es que Pedro abandonó a Jesús en su momento de crisis, y Juan a lo menos quedó cerca de Jesús. Pedro tuvo envidia de Juan porque se pegó más cerca a Jesús, y a lo menos no traicionó a Jesús con sus palabras. La envidia
Ecl 4:4 He visto asimismo que todo trabajo y toda excelencia de obras despierta la envidia del hombre contra su prójimo. También esto es vanidad y aflicción de espíritu.
Debemos examinar nuestros corazones y actitudes antes de levantar contienda con un hermano en Cristo o de hablar mal de él o ella. ¿A la verdad hizo la persona mal? O ¿No nos gusta su trabajo y excelente servicio a Dios, y por esto estamos buscando mal en ellos?



La Envidia

A fin de cuentas, el problema es que medimos a nosotros mismos por medio de otros, y no en comparación a Cristo. Hay “problemas al fondo” con esto que va más allá que la envidia. Primero, el cristiano no está bien con Dios cuando tiene envidia. Para tender envidia, necesitas estar mirando a otros, lo que tienen, lo que hacen, y comparar tu vida (para ver si tienes valor realmente en la tuya) con la vida de otros. Muchos ven ricos, y tienen envidia y tratan de ser como ellos están. Cuando excluyes Dios de tu forma de pensar en el mundo, siempre todo va mal. Examina 1Sa 18:7 Y cantaban las mujeres que danzaban, y decían: Saúl hirió a sus miles, Y David a sus diez miles. Saúl tuvo el trabajo de ser el primer rey de Israel, y de guiar toda la nación a los pies de Dios. ¡Qué privilegio! Pero el problema de Saúl es las medidas por las cuales él medió su éxito o su ministerio y vida delante de Dios. En lugar de cumplir la voluntad de Dios para él (rey no guerrero), él quiso ser popular con la gente. ¡Exactamente mal cosa de hacer!



1. NUNCA compita contra sus hermanos

Fili 2:3 Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo;

El fiel y buen cristiano NUNCA compita contra sus hermanos en Cristo. Como hijo de Dios, él o ella estima a sus hermanos más que sí mismo. Busca ser humilde, dejando otros mejores que él seguir su ministerio sin echar piedras a ellos. Si uno es espiritual, ayuda a sus hermanos en sus ministerios. Esto es la prioridad, actitud, y meta de un buen cristiano. No hay problema si alguien hace algo en que recibe fama o gloria o honra.



2. Verdadero amor no tiene envidia.

1Co 13:4 El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece;

La base de la fe cristiana es el amor, y este amor tiene que ser visto entre tú y tus hermanos. No puedes amarles si tienes envidia de ellos. Igualmente, la envidia es un pecado de comparación, o sea, Pablo vio que la envidia y el ser jactancioso (promoviendo a su propia fama entre la gente) como el opuesto al amor fraternal.

1Jn 4:7 Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. 8 El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.
1Jn 5:1 Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios; y todo aquel que ama al que engendró, ama también al que ha sido engendrado por él.

Juan lo pone muy simple, si no amas a tu hermano en Cristo, no eres salvo. La idea de competir y compararse uno al otro, y buscar fallas y a fin de cuentas, endemonias a tu hermano a casi ser el diablo en vivo, esta actividad no es algo un verdadero cristiano hará. Es lo que un inconverso hace, y Juan anota que muchas veces la persona jura que es salvo o es un cristiano antes de empezar esta actividad. ¡No le crees! ¡Es inconverso!

1Jn 2:9 El que dice que está en la luz, y aborrece a su hermano, está todavía en tinieblas. 10 El que ama a su hermano, permanece en la luz, y en él no hay tropiezo. 11 Pero el que aborrece a su hermano está en tinieblas, y anda en tinieblas, y no sabe a dónde va, porque las tinieblas le han cegado los ojos.

Lo importante aquí es de entender que el pecado y Satanás ciegan los ojos de uno para producir la envidia y contención entre hermanos.

1Jn 3:10 En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios.

Justicia es de hacer lo que uno debe delante de Dios. Un hijo del diablo es una persona que no puede llegar al punto de amar a su hermano.

3. Dios reparte dones y da ministerios diferentes a cada persona. El buen cristo entiende que Dios reparte dones y da ministerios diferentes a cada persona. No hay tal cosa que eres más aceptado delante de Dios (ni menos) por tus dones.

4. No hay salvación si no hay un cambio, un nacer de nuevo.

Tit 3:3 Porque nosotros también éramos en otro tiempo… viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros.

Pablo identifica la vida con envidia, malicia hacia a otros, y el aborrecer a otros como marcas del inconverso. Así es el mundo ¡aborreciéndose unos a los otros! Pablo avisó a Timoteo,

1Ti 6:3 Si alguno enseña otra cosa, y no se conforma a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad, 4 está envanecido, nada sabe, y delira acerca de cuestiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, blasfemias, malas sospechas, 5 disputas necias de hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad… apártate de los tales.

Lo que Pablo exhorta es de quedarse en la doctrina de Cristo. Doctrina no sirve nada si no cree uno para llegar al fruto de la piedad. Si uno pretende de ser cristiano, pero se mete en contiendas de palabras, envidias (comparándose uno con otro), pleitos (peleas no necesarias ni de otra razón que pelear), blasfemías (el impicar mal en la vida de otro), de levantar malas sospechas (no con evidencia, sino de pura acusación sin sustento de hechos), disputas necias que no deben entrar en ellos desde luego. El cuadro es muy claro para estos, y ellos no son salvos. 1Pe 2:1 Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones, Pedro nos exhorta de desechar estas cosas de nosotros como hijos de Dios.

5. No hay amor (ni espiritualidad) si hay envidia.

Stg 3:16 Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa. Pro 14:30 El corazón apacible es vida de la carne; Mas la envidia es carcoma de los huesos.

La salvación tiene el efecto de darnos paz. Una consecuencia de la envidia, celos, contención es “perturbación” gente que objeciona sobre cosas en la vida de otros, o trae acusación tras acusación en contra de su hermano. Este estorbo causa gran daño a la iglesia porque es una maniobra del diablo para matar el amor fraternal. Además se pudra el alma como un cáncer. Stg 3:14 Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad; 15 porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica. 16 Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa. Santiago dice que por todo lo que pretenden de “ser sabios” estos contenciosos, ¡realmente un demonio les tiene por la cola y está manipulandoles como un titere!

Dios no hace accepción de Personas

Hch 10:34 Entonces Pedro, abriendo la boca, dijo: En verdad comprendo que Dios no hace acepción de personas, 35 sino que en toda nación se agrada del que le teme y hace justicia.
Rom 2:11 porque no hay acepción de personas para con Dios.
Gál 5:6 porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor.
1Pe 1:17 Y si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación;

Primero, Dios no tiene favoritos. De ser un favorito es de decir que Dios da algo a la persona sin base de su carácter, su actitud, su alma, sus hechos, etc. Si Dios diera salvación a un malicisma persona que no se arrepiente, no cree en Jesús, entonces será injusta de su parte. Su favor se base en una respuesta espiritual en nuestro corazón, y esto es arrepentimeinto, fe, y obediencia. Cuando una persona (cualquiera persona) hace esto, Dios responde con favor.

Gál 5:14 Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 15 Pero si os mordéis y os coméis unos a otros, mirad que también no os consumáis unos a otros.
Rom 12:10 Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros.

Hay dos cosas opuestas, (1) ama a sus hermanos, y (2) hacer conflicto y sedición entre los hermanos. Si no amas a tus hermanos, entonces los ignoras o hacen problemas con ellos.



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