consideraciones y razones en que el pastor se baje de su oficio
Por David Cox
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Muchas veces hay problemas en iglesias entre el pastor y los miembros. En general, el pastor es quien que gobierna y dirige la iglesia según que Dios le enseña. En sí, el concepto de Pastor es de dirigir (gobernar) al rebaño de Dios. La Biblia no indica que la iglesia puede quitar el Pastor porque no le gusta un asunto que hace, especialmente cuando es de menor importancia. Pero el pastor tampoco no es sin sus deberes y responsabilidades. No se puede hacer que le da la gana. Para algunos, el pastor es «intocable». Una vez que entra, no hay nada menos Dios matándole, o que el mismo pastor renuncia que puede quitarle. Pero no es así.
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¿Es bíblico el destituir al Pastor?
En 1 Timoteo 2:11-15; 3:1-7; y Tito 1:5-9, el Apóstol Pablo explicó los requisitos para el obispo, quien es que cuida la iglesia espiritualmente y la gobierna. En hacer requisitos, Dios nos da de entender que (1) no todos son calificados para ser pastor, y por esto, hay requisitos antes de entrar en el oficio de obispo. (2) si un pastor oficiando y ministrando como obispo llega a descalificarse, entonces tiene que bajarse de tal puesto y ministerio. No es válido de destituir al pastor porque no te gusta algo que hace. Cada persona tiene “su estilo” de liderazgo y de hacer el ministerio, y siendo pastor, es su privilegio de dirigir las cosas como ve prudente. La destitución tiene que venir porque no cumple con sus deberes, o por razones de romper una norma bíblica, un ejemplo bíblico, o de no ser ejemplar (según que ven la mayoría de los hombres de Dios y cristianos más espirituales del grupo). En 1Tim 5:19-20, claramente habla de la reprensión de un anciano abiertamente delante de todos, entonces no son intocables.
“Sometidos a prueba primero” 1Tim 3:3
Muchas veces los lobos o los hombres inmaduros pueden engañar con su astucia, y por esto, Dios dice que los diáconos y el pastor sean sometidos a prueba primero, y entonces ejerzan su ministerio si son irreprensibles (1Tim 3:10). Pablo puso “éstos también” con los diáconos para que entendamos que la prueba sea aplicada al pastor igual al diácono. Igualmente en leer Jeremías (19 veces) y Ezequiel (9 veces casi todo en capítulo 34), Dios regañó los errores y faltas de los pastores de Israel (los jefes espirituales de la nación). Dios les regaña y habla repetidamente de su destitución, y que Dios va a cambiarles para un hombre de Dios que haría la voluntad de Dios. Jer 3:15 y os daré pastores según mi corazón, que os apacienten con ciencia y con inteligencia.
1Pe 5:2 Apacentad la grey de Dios…3 no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey.
El pastor es el vivo ejemplo local de Cristo (si no, debe bajarse). Su liderazgo y ministerio es uno de demostrar la voluntad de Dios por el ejemplo actual de su propia vida. O sea, antes de autoridad espiritual, antes de enseñar o predicar, el pastor enseña y guía POR LO QUE ES ÉL ESPIRITUALMENTE. No se vale “haz como te digo, no cómo yo personalmente hago.” Entonces si este es la base de su ministerio, cuando el pastor no vive correctamente, no es irreprensible como el ejemplo de Cristo, debe bajarse o ser destituido.
Los Requisitos para Pastor
Según 1Ti 2:11-15; 3:2, es expresamente prohibido que una mujer ocupa el lugar de pastor, o que preside, o que dirige, o que predica, o que enseña delante del grupo mixto o en la asamblea general (en cualquier forma hablar y estar en frente del grupo en una capacidad oficial o de autoridad) o la iglesia (cuando hay hombres presentes). Simplemente puesto, el trabajo de pastor-obispo es para hombres, no mujeres.
Igualmente es prohibido si el pastor no es o no llega a continuar de ser “un hombre de una sola mujer.” Homosexuales, adúlteros, o divorciados son excluidos de este ministerio. El trabajo de pastor es de enseñar y aconsejar al grupo por dicho y hecho. Si no vive las normas bíblicas, no debe entrar, y si llega a “cambiar su mente” sobre las normas, debe bajarse o ser destituido. Dios exige que el pastor “sea irreprensible,” y esto significa que el pastor es un ejemplar de Cristo, y no tiene defectos, manchas de su testimonio, o es de mal testimonio. Todos pecamos, pero el pastor tiene que ser un hombre que por el logro de su vida personal en seguir a Cristo es calificado de pararse delante de otros. No es dado a vino, vicios, y adiciones, sino es libre de ellos.
El carácter del Pastor
Aunque podamos decir que es el privilegio de cada pastor de dirigir el grupo en general como él quiere, pero hay condiciones en esto también. Primero, no se vale de usar esto como un escudo para no cumplir con las normas de Dios. Estas normas son obligatorias para cada creyente, quien que sea, pero el pastor debe especialmente manifestarlas. El requisito de no ser soberbio, quiere decir de no tener una actitud de altivez, o sea, que es mejor que los demás, y no importa ni las vidas, ni los sentimientos, ni el bienestar de los demás. El pastor está allí para darles el apoyo social, emocional, y espiritual de Dios. Su propósito de estar sobre el rebaño es exactamente esto, de llevarles a un lugar de bien espiritual, y cuidarles allí, y cualquier problema que existe, el pastor está allí para corregirlo, para ubicar a los hermanos en ello, o para dar consuelo si no hay nada más de hacer (como la muerte de un familiar). Entonces el pastor bíblico se marca o se distingue del pastor maligno por ser prudente y decoroso, un hospedador (1Tim 3:2). Prudencia es de decir la cosa correcta, de actuar en una forma noble y saludable, en una forma que los demás ven su conducta como lo mejor del mundo.
De ser decoroso y hospedador es de tener su vida en orden, todo como debe ser, y de tener una actitud y acciones “pro-gente”. El pastor bíblico gana a otros a Cristo y sirve al pueblo de Dios por su actitud y acciones de “estar a su lado” no en contra de ellos. Aunque a veces el pastor tiene que tomar la posición del padre amado que regaña a quien que ama, siempre sus acciones, palabras, y actitud son de beneficiar y edificar al pueblo (para que ellos anden en la voluntad de Dios), y no para atacarles y destruirles. Dios ha impuesto que los pastores viven de este trabajo, pero la diferencia entre el lobo y el pastor amado es simplemente su actitud hacia la voluntad de Dios y el rebaño. El buen pastor quiere ser el instrumento de Dios para bendecirles y edificarles para que ellos sean adultos, maduros cristianos. Por esto el pastor no se baja a caprichos, berrinches, explosiones de enojo y palabrería de necias ancianas. Esto es envuelto también con que no sea un neófito (1Tim 3:6), sino alguien, que por su experiencia YA HECHA en el ministerio, que se demuestra su estabilidad espiritual y emocional. Tito 1:7 menciona “iracundo” como un carácter que descalifica la persona, y esto es enojón, explosivo emocionalmente, siempre listo para, buscando y gustando peleas, discusiones, y luchas. 1Tim 3:3 usa la palabra “pendenciero” que quiere decir que es una persona que se encanta pelear y ganar sobre los demás y revolverse en la fama y reconocimiento de su superioridad de los demás. El buen pastor no es así, sino él es controlado, demostrándoles el camino de Dios, el carácter de Cristo por su propia vida, y esto es la idea de la “prudencia”.
2Ti 2:24Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido; 25 que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad, 26 y escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de él.
En 1Tim 3:3, Pablo específicamente declara que la persona que ocupa el lugar líder-ejemplo de la iglesia a fuerzas tiene que ser “amable, apacible”. Esto quiere decir que es una persona con paciencia, y que es gentil con su trato con los demás. Su vida demuestra la ternura, calma, y paciencia de Cristo, y si no, entonces no debe entrar, no debe quedarse como pastor. Isa 40:11 también refiere a este gentileza y suavidad que debe ser la norma entre pastor y oveja.
Son perros comilones y insaciables
Isa 56:11 Y esos perros comilones son insaciables; y los pastores mismos no saben entender; todos ellos siguen sus propios caminos, cada uno busca su propio provecho, cada uno por su lado.
Además la Biblia enfatiza vez tras vez que el falso profeta siempre tiene su ojo sobre el dinero y como él puede cosechar lo que no es correctamente suyo, y el hombre de Dios es una persona “no codicioso de ganancias deshonestas” (1Tim 3:3; Tit 1:7).
¿Cómo se destituye a este tipo?
Hay dos posibilidades aquí, por la forma amable, y por lo feo. La Buena Forma. Cuando un cristiano que tiene una relación viable y vivo con Jesucristo como su Salvador entra en la posición de pastor de una iglesia, y se cae en pecado, o deja su testimonio caer, o sea amarga en su actitud, él por sí mismo, por su propia consciencia, va a querer bajarse de ser pastor para no manchar el nombre de su Salvador.
1Pe 2:11-12 Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma, manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al considerar vuestras buenas obras.
El verdadero cristiano se preocupa mucho sobre lo que su vida se refleja sobre su Salvador. Por manchas de su testimonio (manera de vivir), otros no llegan a Cristo, o se tropiezan sobre tu mal testimonio, y esto debe ser un motivo fuerte en cualquier cristiano de no entrar en pecado, y si se cae, corrige su vida rápido, y que no se ocupa lugares de prominencia durante o después de su pecado o mal testimonio.
La forma mala.
Desafortunadamente, al lobo no le importa nada de esto, y simplemente su agarre de poder sobre la iglesia y los hermanos es exactamente como un perro con un hueso. Vas a tener una fea pelea si tratas de quitarle su premio. (Por esto el proceso de seleccionar a un pastor debe ser por tiempo, calmado, tranquilo, y con pruebas antes de algo formal y permanente es hecho). La única cosa que causa un perro de dejar su hueso es un fuerte golpe a la cabeza con el bastón del pastor. Por esto usaban este bastón. Van a defender “su premio” con ganas. Será reclamos que “no toques al ungido de Dios” (Ve mi folleto de este mismo título, G26). Tito 1:13 Este testimonio es verdadero; por tanto, repréndelos duramente, para que sean sanos en la fe, Dios quiere que a veces reprendamos duramente para lograr la sanidad espiritual en nuestras vidas e iglesias. Los hombres más espirituales de la iglesia deben hablar fuertemente con el pastor a destituirle si no cumple con sus deberes y requisitos. Fuertes palabras de exhortación deben haber dadas antes de destitución.
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