Sé como un niño para entrar en el cielo
Por David Cox
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De cierto os digo, que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él. Marcos 10:15
He oído muchas explicaciones de este principio, y la mayoría no hacen mucho sentido. Jesús no está enseñando que todos los niños se van sin excepción al cielo, para llegar a una edad de perder la salvación. Tampoco está enseñando que debemos actuar juvenil o infantil para presentarnos como cristianos.
La diferencia entre vida como un adulto y como un niño
1Pedro 5:7 echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.
Una diferencia entre la vida de un adulto y la vida de un niño es que un niño tiene alguien de cuidarle para que no tenga de trabajar. Básicamente disfrute los esfuerzos duros y fieles de otro, mientras que realmente las únicas exigencias de él son amor, lealtad, y obediencia. Adultos tienen que sudar, trabajar, y preocuparse para vivir. Toda la vida parece un problema tras el otro, mientras un niño disfruta su vida.
La Biblia nos obliga a nosotros cristianos de no afanarse sobre las cosas de esta vida, sino de echar nuestras preocupaciones, necesidades, y deseos sobre nuestro Padre celestial como un niño hará a su buen padre.
Mat 6:27 ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? 28 Y por el vestido, ¿por qué os afanáis?…
El afanarse no logra nada. Es de gastar mucha energía emocional en algo que no rinde nada productivo a la persona, y algo contrario, le hace daño emocionalmente, físicamente, y espiritualmente. Prov. 12:25 La congoja (ansiedad) en el corazón del hombre lo abate; Mas la buena palabra lo alegra.
Mat 6:30 Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe?
El afanarse es un pecado, porque es de no confiar en Dios, y no es la actividad que Dios nos manda de hacer si tenemos necesidades o preocupaciones, sino a pedir a Dios en oración.
Fili 4:6Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. 7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
Humildad como un niño
Mt 18:1 En aquel tiempo los discípulos vinieron a Jesús, diciendo: ¿Quién es el mayor en el reino de los cielos? 2 Y llamando Jesús a un niño, lo puso en medio de ellos, 3 y dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos. 4 Así que, cualquiera que se humille como este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos. 5 Y cualquiera que reciba en mi nombre a un niño como este, a mí me recibe. 6 Y cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar.
Jesús nos enseña que la humildad es una calidad esencial en la salvación. Simplemente, niños no saben muchas cosas, y no saben cómo hacen muchas cosas. Su falta de conocimiento, de habilidades, de experiencias, y de discernimiento les ponen a gran desventaja. Por esto normalmente niños piden ayuda en lugar de insistir en hacer las cosas por sí mismo. Un niño tiene que ser humilde porque su vida no es tal que “se puede solo.”
Igualmente el hijo de Dios siempre tiene la calidad de paciencia, de buscar y depender en Dios, no es sí mismo. De plano entiende que su vida es una vida de dependencia en su Padre celestial, y no tiene vergüenza de esto, sino es su gozo y placer de siempre ver a su Padre celestial por cualquier necesidad, aun por cosas que se puede hacer solo, todavía hace referencia a pedir a su Padre.
Sinceridad como un niño
Marcos 10:14 Viéndolo Jesús, se indignó, y les dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios. 15 De cierto os digo, que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él.
Hay una condición para ser salvo que es de “recibir el reino de Dios como un niño”. Jesús enseñó este principio entre dos tratos con los fariseos, quienes estaban fastidiándole con preguntas sobre la ley. Probablemente esta enseñanza tiene que ver con la sinceridad y simpleza de un niño en aceptar cosas. En lugar de enredarse con problemas, torciendo la cosa a veinte diferentes formas para sacar algo de allí (como los fariseos estaban haciendo a Jesús), debemos ser sincero y recibir la salvación y reino de Dios tal como es. O sea, los fariseos no aceptaron que las palabras de Moisés en los diez mandamientos como claros y al punto. Ellos dejaron lo obvio de sus palabras para buscar algo escondido de llevar la importancia sobre lo obvio e importante. Dios no va a aceptar a una persona que busca sacar lo suyo de Dios y “usar la salvación” por sus fines personales. Tenemos que recibir la verdad de Dios como Dios nos la presenta, y tiene que cambiar nuestras vidas. No puedes desenfocar a lo que Dios dice, para imponer tu énfasis en lo que quieres.
Seguidor como un niño
Jn 10:3 A éste abre el portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre, y las saca. 4 Y cuando ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su voz. 5 Mas al extraño no seguirán, sino huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños. 9 Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos. 14 Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen,
Otro elemento de un hijo de Dios, e igualmente un niño, es su fe y devoción hacia a quien depende. Normalmente, el niño depende en sus padres. Jesús echó el paralelo entre un niño y un hijo de Dios, como una oveja que tiene una relación con su buen pastor.
Creer todo como un niño
Lucas 17:6 Entonces el Señor dijo: Si tuvierais fe como un grano de mostaza, podríais decir a este sicómoro: Desarráigate, y plántate en el mar; y os obedecería.
A veces, creo que esta comparación está mal entre un creyente y un niño. Cuando dices que “un niño creerá cualquier cosa,” no creo que es la idea de la Biblia de cómo debemos tener la fe. Fe es una creencia, pero la idea agarra mucho más que aceptable y abrazar lo que sea que te dicen. Como cristianos debemos discerner muy bien la realidad espiritual de las cosas de su apariencia. Dios no quiere que seamos personas de fácil ser engañado (1Jn 4:1 “no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus”), y este es la idea para muchos. El concepto de fe también tiene la idea de confianza en una persona. Aquí creo que de “ser como un niño” abarca una gran confianza en nuestro Padre. Como un niño confía en su padre o su madre sin dudar nada, así es como nosotros debemos confiar en nuestro Padre celestial
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No debemos ser como niño en unas cosas
1Co 13:11 Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño.
Niños tienen unos elementos de su carácter en que NO debemos ser como un niño. Esto es principalmente la inmadurez. Pablo hablaba en este capítulo sobre la superioridad del amor sobre todos los dones espirituales, y aparte de ser “mejor”, el amor es una actividad que va a existir para siempre. El cristiano obediente anda en amor “como un adulto.” Que quiere decir esto es que un niño es una persona que muchas veces ofenden a otros muy fácilmente. Su conducta (hablar, pensar, discernir las cosas) es a veces no muy bien. Quiere decir, su mente es abierta, en que piensa una cosa, así lo dice sin pensar en las consecuencias de sus palabras o acciones en otros. Un adulto se mide su conducta y palabras, y aunque otro puede ofenderle, no responde, PORQUE ES ADULTO Y MADURO. Un adulto toma heridas sin regresar agresión. Esto es porque piensa en una forma más responsable que un niño, quien no importa su conducta. También Pablo dice que cuando él maduró, dejó “las cosas de un niño.”
Prov 22:15 La necedad está ligada en el corazón del muchacho; Mas la vara de la corrección la alejará de él.
No especificó mucho lo que son estas cosas, pero básicamente de Proverbios vemos que lo necio es ligado en su corazón. Algo “necio” en la Biblia es algo que uno no debe hacer, y la vista es principalmente espiritual. O sea, lo necio es lo que no tiene valor espiritual. El hijo de Dios dirige su vida hacia la eternidad y lo eternal. Si oras por la salvación de un alma, esto tiene valor espiritual ni modo si se salva o no, porque Dios ve con agrado tu acción y corazón. Pero de hacer actividades que realmente no dan provecho para la eternidad nada, o casi nada, esto es “necio”. Típicamente pensamos del “jugar” de los niños como algo “necio”, porque de “jugar” con juguetes realmente no da provecho nada para el niño. (Otro ejemplo es de jugar videojuegos o ver la televisión programas que no son provechosos espiritualmente.)
Hebreos 5:11 Acerca de esto tenemos mucho que decir, y difícil de explicar, por cuanto os habéis hecho tardos para oír. 12 Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido. 13Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño;14 pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal.
El autor de Hebreos menciona este aspecto de niños en una forma negativa. Un niño es alguien que no puede digerir “alimento sólido.” La idea aquí es de tomar algo difícil de recibir o entender. La impaciencia de estos está en vista también. Buscaban algo rápido y sin esfuerzo de consumir, y esto siempre era su preferencia.
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