ig41 Las Marcas del Ministro Inconverso y Malo v1.2

ig41 Las Marcas del Ministro Inconverso y Malo v1.2 Las marcas del Ministro Inconverso y Malo. Son inútiles, causan división y desolación, tienen liderazgo de golpes e imposición, etc.

Las Marcas del Ministro ¡Inconverso y Malo¡Cómo reconocerle!

Por David Cox

[IG41] v1.2 ©2011, 2024 www.folletosytratados.com
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Mateo 7:20-24 Así que, por sus frutos los conoceréis. No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad. Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente…

A veces es difícil de identificar quién es un buen siervo de Dios, y quién no lo es. Dios no nos ha dejado sin ayuda para identificar correctamente al uno del otro.

Las Marcas del Ministro Inconverso

Es interesante cuál fue la defensa de este ministro inconverso delante de Dios (Mateo 7:21-24). Sus defensas en hacer cuentas con Dios fueron en estas tres marcas que pensó que validaban su ministerio delante de Dios: (1) profecías, (2) liberaciones, y (3) milagros. Estos ministros proclaman que son verdaderos hombres de Dios, ministros de Dios altísimo, porque reciben profecías de Dios a cada rato, porque ellos supuestamente liberan de los demonios a multitudes, y por sus ministerios de sanidades y milagros. Es importante ver que Jesús en ningún momento contradijo que ellos hicieron algo de lo que dijeron en cada una de estas áreas. Sí, hicieron algo así. Pero el punto de Jesús es que aun demostrando poder sobrenatural, no tuvieron nada de ver con Dios o Su reino. Lee con mucha atención Mateo 7:21. La única marca que le importa a Dios es que se haga la voluntad de Él. La grandeza, validación, e identificación (de Dios hacia nosotros) es siempre encontrada en obediencia a la voluntad de Dios.

Ministros inútiles

Mateo 24:48-51 Pero si aquel siervo malo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir; 49 y comenzare a golpear a sus consiervos, y aun a comer y a beber con los borrachos, 50 vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe, 51 y lo castigará duramente, y pondrá su parte con los hipócritas; allí será el lloro y el crujir de dientes.

Este pasaje trata de varias parábolas sobre el servicio y el hijo de Dios. Es muy instructivo de ver aquí, que el mal “siervo” de Dios va al infierno, esto es, que no es salvo. Entonces existe la posibilidad, de que tal vez muchos “ministros de Dios,” predicadores, evangelistas, y aun pastores, que ejercen oficios adentro de la iglesia, en realidad, ni son salvos. El factor que indica su salvación o su hipocresía es su entrega a la voluntad de Dios. El hipócrita engañado es quien sigue su propia voluntad en lugar de sujetarse y buscar con todo su corazón la voluntad de Dios. Siempre estas personas pretenden de tener “ministerios bíblicos” y son expertos en hacer explicaciones “porque son bíblicos” o “porque son ministros de Dios”, pero a fin de cuentas, no se ve su exaltación de la autoridad de las Escrituras, sino una manipulación de la Palabra para sus propios propósitos.

Los ministros que agradan a Dios son personas que siempre apelan a la autoridad de las Escrituras como su autoridad y guía en lo que hacen y como lo hacen, Jeremías 3:15 y os daré pastores según mi corazón, que os apacienten con ciencia y con inteligencia.

Los que causan división y desolación

Jeremías 23:1 ¡Ay de los pastores que destruyen y dispersan las ovejas de mi rebaño! dice Jehová.

Para los pastores, quienes son verdaderos siervos de Dios, el trabajo principal es de recoger las ovejas (evangelismo con el evangelio verdadero). Esto es de dos formas: (1) evangeliza a los inconversos para traerles al rebaño (la iglesia local). (2) visita y anima a los miembros de la iglesia que dejaron de venir y participar en la actividad de la obra de Dios. Los malos ministros no evangelizan o substituyen otra cosa o usan otro evangelio. También, la marca de identificar a un fraudulento pastor es que divide la iglesia por sus hechos, su actitud, su forma de liderazgo (de hacer las cosas) en lugar de reunir y causar unidad. La unidad viene porque todos piensan lo mismo, actúan en el mismo espíritu, llevando la misma doctrina. Esta unidad viene no por imposición sino por exposición de la autoridad mutua (las Escrituras). El buen pastor explica la Biblia, pero investiga, define, e insiste en las Escrituras sobre lo que la Iglesia está haciendo como su misión, la obra de Dios. El mal pastor impone su propia voluntad sin respeto ni referencia a lo que realmente es la voluntad de Dios. La idea de “degollar” (Jeremías 25:34) es morir y no gozar de la vida. El mal ministro edifica a su organización, y el buen ministro edifica la obra de Dios y sus ovejas. Las ovejas deben tener una vida espiritual en sí mismas, y el pastor bueno promueve esto. El pastor malo destruye esta vida espiritual entre sus seguidores. O sea, causa un desenfoque y ruptura entre la relación individual del creyente y su Señor (que es la muerte espiritual).

Un liderazgo de golpes e imposición

Jeremías 23:2 Por tanto, así ha dicho Jehová Dios de Israel a los pastores que apacientan mi pueblo: Vosotros dispersasteis mis ovejas, y las espantasteis, y no las habéis cuidado. He aquí que yo castigo la maldad de vuestras obras, dice Jehová. 4 Y pondré sobre ellas pastores que las apacienten; y no temerán más, ni se amedrentarán (causar miedo), ni serán menoscabadas (se acaban por crueldad), dice Jehová.

La forma en que el mal pastor ministra es muy particular. Él espanta a las personas con cosas bruscas, con métodos de ministrar que no tienen ni cortesía ni amor. Se impone sobre los hermanos, y su objetivo no es de corregir el pecado sino de imponerse y plantearse como autoridad sobre el pueblo de Dios. Las ideas en versículo 4 son que usan (1) el miedo – que es una anticipación de un mal encuentro con el pastor donde él les hace algo desagradable. (2) el amedrentar – la idea aquí es arrastrar a sumisión o sujeción por violencia, miedo, o confusión. O sea, por la forma cruel y mala que el pastor les hace, las ovejas le obedecen a él. (3) el menoscabar – esta palabra proviene de la palabra visitación (pastoral), que es que el pastor suple y da lo que falta, o arregla lo que está mal. El menoscabar es la falta de hacerlo.

Los errores y el errar

Jeremías 50:6 Ovejas perdidas fueron mi pueblo; sus pastores las hicieron errar, por los montes las descarriaron; anduvieron de monte en collado, y se olvidaron de sus rediles.

Hay un camino específico en que deben andar las ovejas, y esto es el camino de Dios que Jesucristo nos mostró. La misión es de ser espiritual, tener fe y depender en Dios, y es de cumplir con la obra de Dios en la tierra. Un pastor falso es alguien que guía al rebaño pero no en el camino de Dios, y el pueblo no llega a ser como Jesucristo en su carácter moral, sino que es usado para los propósitos del mal ministro. Este pastor no va a testificar o a evangelizar a los inconversos con el verdadero evangelio, sino que solo quiere hacer crecer su grupo. Este pastor no va a orar y hacer intercesión por los demás. No hay compasión para sus hermanos en el falso camino. Puede burlarse de su rebaño. El mal ministro no va a estudiar las Sagradas Escrituras para que él sea el primero en arrepentirse de sus pecados, ni causa ni impone un ambiente entre su iglesia para regañar el pecado, ni causa el arrepentimiento y el obedecer a Dios entre su grupo. Usa las Escrituras como punto para convencer a otros de obedecerle a él mismo. El camino de Dios es claro y el falso profeta se marca muy claramente por su disgusto hacia la verdadera obra de Dios y el carácter de Cristo. Especialmente odia el arrepentimiento. Para él, su plan es que todos le sigan, y nada más. Es un dictador. Aun Jesús, siendo Dios, no se portó así.

El arrepentimiento para él es que los rebeldes se sujeten a su autoridad. Él se impone por su propia autoridad, “yo soy el pastor, y haremos tal cosa porque yo digo.” Un buen pastor de Dios siempre va a querer que su gente entienda las Escrituras, y que hagan lo que hacen por ver el ejemplo y mandamiento en las exposiciones de las Escrituras. El fraudulento pastor va a desviar al pueblo de Dios afuera del camino de Cristo, y desenfocarles de lo obvio en las Escrituras, (el evangelio y la santidad). Tratará de cambiar la autoridad de las Escrituras a otras cosas como a las tradiciones, a la autoridad de la persona del pastor, de la popularidad, o de los gustos del mundo. Va a cambiar la casa de Dios, un lugar de reverente oración y exposición de la Palabra de Dios, a ser una discoteca espiritual, un lugar de entretenimiento mundano, con música y ambiente del mundo, un lugar que dé placer a gente mundana.

Juan 6:28 Entonces le dijeron: ¿Qué debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios? 29 Respondió Jesús y les dijo: Ésta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado.

La obra de Dios se enfoca en la persona de Jesucristo. Jesús es nuestro Salvador, pero también Jesús es nuestro patrón espiritual. Debemos imitar a Cristo. Pero todo ministro de Dios debe ser como Cristo.

1 Corintios 11:1 Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo. Filipenses 3:17 Hermanos, sed imitadores de mí, y mirad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros. Hebreos 13:7 Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; considerad cuál haya sido el resultado de su conducta, e imitad su fe.

Pablo nos pone el ejemplo. El ministro de Dios es el imitador de Cristo (Efesios 5:1 como todos deben ser), y su propósito es de ser un ejemplo local y visible de cómo los demás deben seguir a Cristo. Todos los ministros de una iglesia deben ser ejemplos vivos de Cristo. Si un ministro no es como Jesucristo, no es un verdadero ministro de Dios.

Ezequiel 37:24 Mi siervo David será rey sobre ellos, y todos ellos tendrán un solo pastor; y andarán en mis preceptos, y mis estatutos guardarán, y los pondrán por obra.

El objetivo que Dios tiene para las ovejas es el “porque” Dios da buenos pastores “según su corazón de Él” (que sigan Su voluntad) (Jeremías 3:15) es para que el pueblo de Dios ande en los preceptos de Él, y guarden los mandamientos de Él, y los hagan. Las iglesias hoy en día hacen todo tipo de tontería menos hacer la obra de Dios. De evangelizar, interceder en oración, o de exponer las Escrituras simplemente ¡NO ES LO QUE QUIEREN HACER! En esto, se ve que estas iglesias no tienen pastores buenos, sino un pastor fraudulento, falso, e hipócrita. No siguen el ejemplo de Cristo, sino siguen cualquier otra cosa.

A las comodidades

Ezequiel 34:8 Vivo yo, ha dicho Jehová el Señor, que por cuanto mi rebaño fue para ser robado, y mis ovejas fueron para ser presa de todas las fieras del campo, sin pastor; ni mis pastores buscaron mis ovejas, sino que los pastores se apacentaron a sí mismos, y no apacentaron mis ovejas…

Otra marca de estos malos es su “apacentarse a sí mismo.” Los malos no se exponen a sí mismos a los riesgos, a los problemas, y a la adversidad por las ovejas, sino que buscan comodidades para sí mismos. Dios les regaña porque “¡Ay de los pastores de Israel, que se apacientan a sí mismos! ¿No apacientan los pastores a los rebaños? Coméis la grosura, y os vestís de la lana; la engordada degolláis, más no apacentáis a las ovejas.” Ezequiel 34:2-3 Bien quieren que los demás les den la buena vida económicamente, pero no se arriesgan ellos mismos. Ni les dan buena comida espiritual para que las ovejas dejen de pecar, y que hagan la obra de Dios (fruto espiritual y reproducción de más ovejas). Usan los recursos para ellos mismos.