fam31 “Pastor, Me voy a Divorciar”

Pastor, Me voy a Divorciar”
Consideraciones antes de divorciarse
Por David Cox
[fam31] v1r ©2009 www.folletosytratados.com
Se puede fotocopiar e imprimir libremente este folleto

A veces hay personas que tienen muchos problemas en sus matrimonios, y por lo bueno o por lo malo, ellos están decididos a divorciarse. Este folleto es una presentación de consideraciones para estas personas que quieren, y mejor dicho, las que están altamente decididas a divorciarse ni modo el costo.

Este folleto tratará con respuestas y argumentos que he oído de personas en esta situación, y espero que les convenza a no seguir con el divorcio.




Lo que Dios juntó no lo separe el hombre

Mateo 19:3 Entonces vinieron a él los fariseos, tentándole y diciéndole: ¿Es lícito al hombre repudiar a su mujer por cualquier causa? 4 El, respondiendo, les dijo: habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo, 5 y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne? 6 Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.

Empezamos con que si es la voluntad de Dios que un cristiano se divorcie. La situación en el tiempo de Jesús era que hubo dos escuelas de pensamiento sobre el divorcio, cada uno alrededor de uno de dos rabís. Uno propuso que se puede divorciar por cualquier causa (el “divorcio Express”), y el otro solamente por infidelidad. Le preguntaron en este pasaje a Jesús cual es correcto. Jesús contestó el asunto con “lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.” O sea, la respuesta es que no es bíblico o permitido por Dios el divorcio por ninguna causa.




La cláusula de excepción

Los discípulos le contestaron entonces,

Mateo 19:7 Le dijeron: ¿Por qué, pues, mandó Moisés dar carta de divorcio, y repudiarla? 8 El les dijo: Por la dureza de vuestro corazón Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres; mas al principio no fue así. 9 Y yo os digo que cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada, adultera. 10 Le dijeron sus discípulos: Si así es la condición del hombre con su mujer, no conviene casarse.

Cuando un cristiano piensa que se puede divorciar, está equivocado. La voluntad de Dios es que nadie debe divorciarse. Lo que Moisés hizo era de legislar circunstancias de una mala (pecaminosa) práctica. Moisés no dio aprobación del divorcio, sino legisló asuntos y detalles sobre ello. Es como cuando dijo que el que roba, tiene que regresar lo que robó y un tanto más. No aprobó el robo allí, sino impuso obligaciones relacionadas con algo que era malo. Pero si es confuso esto, Jesús puso muy claro que desde el principio, la norma de Dios (lo que debemos hacer) es de casarse un hombre con una mujer hasta que la muerte los separe. No hay permiso para el divorcio, sino Jesús aclaró que no es permitido. Cuando unos leen este pasaje, se basan sobre el versículo 9:

Mateo 19:9 Y yo os digo que cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada, adultera.

Mateo 5:32 Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio.

Piensan que es malo de divorciarse “excepto” en casos de infidelidad, o sea, fornicación. Pero esta traducción es desafortunada. En Mateo 5:32 es la palabra griega [parektos] que significa “aparte de, excepto de.” Pero esto es solamente una de sus definiciones, la otra es “al lado de, aun”. Entonces es igual de valido de traducir estos pasajes así, Mateo 5:32aun por causa de fornicación.” Mateo 19:9 tiene otra construcción [me epi] que es (con el dativo en griego) “sobre la causa de” fornicación. Mateo 19:9 es otro contexto totalmente diferente. Jesús está diciendo, cuando una persona se divorcia por causa de fornicación de su pareja y se casa de nuevo, está cometiendo adulterio y causando a la persona con quien se casa de nuevo a hacer adulterio. El caso no se refiere a permiso o condiciones permitidas de divorciarse, sino está hablando a un cambio de pareja por causa de fornicación. Pero lo que dice Jesús es que esto es adulterio, es pecado, y es incorrecto.




Solamente el inconverso se divorcia

1Co 7:10 Pero a los que están unidos en matrimonio, mando, no yo, sino el Señor: Que la mujer no se separe del marido; 11 y si se separa, quédese sin casar, o reconcíliese con su marido; y que el marido no abandone a su mujer. 12 Y a los demás yo digo, no el Señor: Si algún hermano tiene mujer que no sea creyente, y ella consiente en vivir con él, no la abandone. 13 Y si una mujer tiene marido que no sea creyente, y él consiente en vivir con ella, no lo abandone. 14 Porque el marido incrédulo es santificado en la mujer, y la mujer incrédula en el marido; pues de otra manera vuestros hijos serían inmundos, mientras que ahora son santos.

El punto que hace Pablo es que la regla por la cual todo cristiano debe seguir es que a fuerzas es la parte inconversa y no la cristiana que inicia y fomenta el divorcio. ¿Eres cristiano? ¿Estás iniciando el divorcio? El cristiano está bajo obligación a quedarse y a resolver sus problemas y diferencias como sea, no de quebrar la unión.

Romanos 7:2 Porque la mujer casada está sujeta por la ley al marido mientras éste vive; pero si el marido muere, ella queda libre de la ley del marido. 3 Así que, si en vida del marido se uniere a otro varón, será llamada adúltera; pero si su marido muriere, es libre de esa ley, de tal manera que si se uniere a otro marido, no será adúltera.

Pablo aclaró todo esto en Romanos 7:2-3. La muerte de la pareja es la única razón en que se puede dar permiso para que te cases de nuevo, porque estás obligado a quedarte casado con tu pareja hasta que la muerte les separa. Nunca hay provisión que disuelve la unión sino por causa de la muerte de uno u otra. Si el inconverso se divorcia o abandona al creyente, el creyente no peca. Déjale ir después de tratar de resolverlo.




¿Y tus votos?

Cuando dos personas se casan (o se juntan para vivir como hombre y mujer), entonces entras en un compromiso con la otra persona delante de Dios. Jesús dijo, “lo que Dios juntó”, indicando que el matrimonio o la unión libre es un vínculo espiritual en que Dios ratifica los hechos de las dos personas. De juntarse es de comprometerse, ni modo si tienes un acta de casamiento, o pasas por una iglesia. Los judíos formaron ceremonias y celebraciones muy formales, pero en el Antiguo Testamento, el hecho de tomar a una mujer es de hacer compromiso con ella delante de Dios, y las obligaciones de matrimonio ya existen.

Eclesiastés 5:4 Cuando a Dios haces promesa, no tardes en cumplirla; porque él no se complace en los insensatos. Cumple lo que prometes. 5 Mejor es que no prometas, y no que prometas y no cumplas. 6 No dejes que tu boca te haga pecar, ni digas delante del ángel, que fue ignorancia. ¿Por qué harás que Dios se enoje a causa de tu voz, y que destruya la obra de tus manos?

Dios nos exige a cumplir con nuestros compromisos. Si uno entra en un negocio y se compromete a algo, ni modo que tanto que uno lamenta la mala decisión después, uno es responsable por sus decisiones y acciones. Toda persona que se casa y tiene problemas conyugales, entró en la relación por su propia voluntad, y es responsable. No puede salir de sus compromisos delante de Dios cuando se hacen difíciles. Dios ha dicho, “lo que Dios juntó, no lo separe el hombre” entonces, entrando en la relación con tu pareja, Dios entró en el compromiso para que sea entre tres personas, tú, tu pareja, y Dios. Te puedes fugar de tu pareja y nunca te encontrará, pero ¿Puedes esconderte de Dios? No. ¿Puedes romper tu compromiso con Dios hacia tu familia y pareja? No. Dios va a castigarte por abandonar tus responsabilidades.

Gálatas 6:7 No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. 8 Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna. 9 No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.




¿Esto realmente solucionará tus problemas?

El problema en los matrimonios yendo a un divorcio es que las personas no viven correctamente como Dios indica, y ellos no resuelven sus problemas como Dios les indica. En lugar de arrepentirse y buscar obedecer a Dios en amor, misericordia, y paz, buscan pleito, y lo van a encontrar. Siembran antagonismo y odio, y muy rápido la cosecha está en sus manos.




 “Pero no sabes lo malo que me hizo”

Es popular de jugar el juego de quién hizo mal en los problemas de matrimonios. Siempre hay una discusión de “pues él me hizo esto” y “pero ella me hizo lo otro.” Pero a fin de cuentas, el divorcio es un fracaso de la relación, y la relación es algo de dos partes. Los dos fracasaron por sus hechos y faltas en mantener la relación como debe ser.

Efesios 4:32 Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.

La razón por no divorciarse es porque Dios te perdonó tus pecados, y te mandó de perdonar, tener misericordia, y ser benignos. La razón no es porque tu pareja es buena o merece esto, sino porque tu salvador te lo hizo a ti, y te exige que tu hagas lo mismo. Antes de divorciarse porque no puedes perdonar y solucionar tus problemas con tu pareja, lee la enseñanza sobre el perdón en Mateo 18:21-35. Pedro le preguntó al Señor “¿Cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí?” Jesús le contó una parábola sobre el siervo quien no quiso perdonar. Siendo perdonado por Dios de algo mayor, y no quiso perdonar, entonces, Jesús da la sentencia de Dios, “entonces su señor, enojado, le entregó a los verdugos, hasta que pagase todo lo que le debía.” (18:34). Se entiende que esta persona no es salva. Mateo 18:35 Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas. Romanos 12:21No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal.1Co 13:5 no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor. ¿Puedes realmente afirmar honestamente que tienes el amor que Dios te exige? ¿Qué no haces lo indebido (el divorcio, la separación)? ¿No buscas lo tuyo, no se irritan entre sí, no guardas rencor? Los errores ajenos no excusan mala conducta de tu parte




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