Entrenando a nuestros niños
Por David Cox
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La Biblia en Malaquías 2:15 menciona que Dios aborrece el divorcio “porque buscaba una descendencia para Dios.” Dios nos manda muy claramente sobre nuestros niños, que debemos buscar de ubicarles en el camino de Dios para que sean salvos y sirviendo a Dios. Esto no es opcional, y la forma de hacerlo tampoco es opcional. Unos dicen que van a esperar hasta que son adultos y dejarlos decidir por sí mismos. A la verdad toda que hace esto es de dejar el mundo entrenar a tus hijos como Satanás y nuestra naturaleza pecaminosa quiere.
Efesios 6:4 Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.
Tabla de Contenido
El Deber de Criarlos
Ef. 6:4 vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor. Este versículo contrapone lo correcto (criarlos) contra lo incorrecto (provocarles a ira). Disciplina significa el hecho de proveer dirección para vivir responsablemente en este mundo. Amonestación significa el aconsejar sobre la cesación o el evitar la conducta incorrecta o indebida de base de lo que ha dicho Dios en Su Palabra. Es un aviso de que debe hacer y lo que no debe hacer. Pablo comentó que Timoteo era sabio por medio de las Escrituras (2 Tim 3:15), y esto es exactamente lo que hace las Escrituras cuando las estudiamos y las imponemos en nuestras vidas. Debemos como adultos hacer esto, pero padres deben igualmente hacer esto para sus hijos. El Antiguo Testamento es relleno de ejemplos y exhortaciones de esto (Deu. 4:9; 6:7; Salmo 78:3-6).
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El Amor Exige la Disciplina
Porque Jehová al que ama castiga, Como el padre al hijo a quien quiere. Pro. 3:12
Heb. 12:6 Porque el Señor al que ama, disciplina, Y azota a todo el que recibe por hijo. 7… porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina? 8 Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos, y no hijos. 9 Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos.
El punto principal aquí es que un padre toma responsabilidad para su hijo (como debe ser) solamente si disciplina este hijo. El motivo para corregir y disciplinar a nuestros hijos no es de castigarles, sino de corregir sus vidas para que Dios y sus pecados no causan castigos más severos más adelante en sus vidas. Es amor que causa disciplina, y que lo causa temprano Pro. 12:24 El que detiene el castigo, a su hijo aborrece; Mas el que lo ama, desde temprano lo corrige. Siempre el niño debe oír y entender, “Te disciplinamos por que te amamos.”
Las Metas de esta Enseñanza
Esta instrucción no es información solamente, sino es información sobre la voluntad de Dios (por medio de las Escrituras (2 Tim 3:15), para que cambia el ser, carácter, y voluntad del niño. Esta enseñanza siempre está ligada con el no pecar, igualmente que proviene de los padres del niño (Prov 1:8-10), y el cumplir con la voluntad de Dios (Prov 4:1-4), de reconocer sus principios morales y obedecerles imponiéndolos en la vida de uno. En la Biblia esto es “el vivir” hablando de obtener la vida eterna, la salvación. Isaías 38:19 El que vive, el que vive, éste te dará alabanza, como yo hoy; el padre hará notoria tu verdad a los hijos.
Sal 78:3-8 Las cuales hemos oído y entendido; Que nuestros padres nos las contaron. No las encubriremos a sus hijos, Contando a la generación venidera las alabanzas de Jehová, Y su potencia, y las maravillas que hizo. Él estableció testimonio en Jacob, Y puso ley en Israel, La cual mandó a nuestros padres Que la notificasen a sus hijos; Para que lo sepa la generación venidera, y los hijos que nacerán; Y los que se levantarán lo cuenten a sus hijos, A fin de que pongan en Dios su confianza, Y no se olviden de las obras de Dios; Que guarden sus mandamientos, Y no sean como sus padres, Generación contumaz y rebelde; Generación que no dispuso su corazón, Ni fue fiel para con Dios su espíritu. El fin o propósito del entrenamiento de nuestros hijos es de pasarles nuestra fe cristiana, para que ellos sean salvos, no se olvidan de Dios, para que guarden los mandamientos de Dios, y para que anden en fidelidad con Dios.
El Respecto de Autoridad
Éxodo 20:12 Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da. Dios nos promete que si tenemos honor y respecto para nuestros padres que Dios mismo va a extender nuestras vidas. Col. 3:20 Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, porque esto agrada al Señor. 1° Pedro 2:13 Por causa del Señor someteos a toda institución humana, ya sea al rey, como a superior, 17 Honrad a todos. Amad a los hermanos. Temed a Dios. Honrad al rey. O sea, es la voluntad de Dios que seamos respetuosos para con todos en autoridad, especialmente con los ancianos y nuestros propios padres.
Control de sí mismo
Proverbios 16:32 Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte; Y el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma una ciudad. La persona que no puede controlar su propio espíritu es una amenaza a la sociedad, y es condenado a sufrir bajo la mano de Dios y de los gobernantes civiles.
Mat 16:24-25 Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. 25 Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará. Lo que quiere Dios que impones en nuestras vidas (y en las vidas de nuestros niños) es el negarse a uno mismo, y sufrir lo duro para cumplir con lo que Dios quiere para nosotros.
Proverbios 22:15 dice “la necedad está ligada en el corazón del muchacho; Mas la vara de la corrección la alejará de él.” El carácter humano sino la influencia de Dios es totalmente hueco de valor moral, y esto se ve por las cosas necias en nuestro mundo. Los hombres se dedican a hacer la bola más grande del mundo, o el hombre que hizo una cosa bobada más en el mundo (como Ripley’s “Aunque usted no lo Crea” presenta vez tras vez). ¿Dónde está el valor eterno de estas cosas? Carece totalmente de ello. ¿Qué importa los deportes en 100 años? Nada. Ni siquiera la gente recuerda algo de un año al próximo.
Resistir las malas influencias
1 Cor 15:33 dice “No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres.” La meta aquí es de enseñar a nuestros hijos de reconocer y resistir las malas influencias en el mundo, sus amigos, las modas, la televisión, lo que vea, etcétera. Es bueno de recordar que los salvos son un remanente (Rom. 9:27), y nunca vamos a estar ni en la mayoría ni en lo popular.
De ser un servidor, no egoísta
Fil. 2:3 Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; 4 no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros. Parte de encontrar la voluntad de Dios y quedarnos en ella es de ver lo que Dios quiere de nuestro carácter. Es el espíritu de Satanás (Isaías 14:12-15) de exaltarse a uno mismo. Prov. 27:2 Alábete el extraño, y no tu propia boca; El ajeno, y no los labios tuyos. Para ser un cristiano adulto y maduro que agrada a Dios, uno tiene que enfocar su vida en servir a otros y no ser servido, buscando saturarse con los deleites y placeres sensuales.
Espíritu de no quejarse, sino hacer todo con corazón bueno, como para el Señor: Aquí vemos la actitud del niño. Muchas veces tu niño puede acceder de hacer lo que le dices de hacer, pero no lo hace con buen espíritu, sino con murmuraciones y conflicto. Fil. 2:14 Haced todo sin murmuraciones y contiendas. Col 3:23 Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres. Aquí vemos que Dios se fija la actitud de nuestro corazón cuando hacemos algo, aun cosas que nos parecen insignificantes. Nuestra fe cristiana brilla por aun nuestras actividades “insignificantes” en nuestras vidas por tenemos gozo, paz, y animo en todo lo que hacemos.
Debemos incluir aquí también Job 9:27 “Olvidaré mi queja, Dejaré mi triste semblante, y me esforzaré.” Parte de tener la actitud correcta es de no hacer carrotas cuando es algo que uno no quiere hacer. Uno debe hacer lo que hace con gozo del corazón, y este gozo debe manifestarse externamente.
¿Cómo lo hacemos?
Debemos enfocar en unos métodos que Dios ha mandado para que instruyamos a nuestros niños. El primero es por ser el ejemplo espiritual para nuestros hijos. La verdad es que todo que uno puede decir o instruir a un niño es de balde si la persona enseñándole es un hipócrita en su propia vida delante de Dios. La visión que Dios nos de sobre esto es de llevarles a donde nos vamos nosotros. Génesis 18:19 Porque yo sé que (Abraham) mandará a sus hijos y a su casa después de sí, que guarden el camino de Jehová, haciendo justicia y juicio… El ejemplo de Abraham es que un creyente obediente siempre va a ordenar a su propia casa en los caminos de Dios. Esto es casi lo más importante que hay (aparte de su propia salvación). La influencia de una vida santa es lo que cambia las personas. Josué 24:15 Pero yo y mi casa serviremos a Jehová. Igualmente vemos el buen ejemplo de Josué en demostrar dedicación y decisión en seguir a Dios y en entrenar a sus hijos en las cosas de Dios.
Segundo debemos ver que el entrenar a nuestros hijos tiene carácter moral. O sea, No estamos nada más tratando con conducta, sino también lo que causa esta conducta. Prov. 22:6 Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él. La palabra “instruye” viene de la palabra “paladar”. Refiere a la costumbre de las madres cuando un recién nacido no quiere tomar leche de su pecho. Lo pone miel o dulce en su paladar, y si quiere después más y toma la leche materna. Esto es probablemente la primera cosa que una criatura así aprende. Así el entrenamiento es de tratar de principios y reglas morales. Esto implica que ningún padre puede entrenar bien a sus hijos sin ir a las Sagradas Escrituras, estudiándolas y enseñándolas. A veces personas tratan de imponer morales sin referencia a la Biblia, y esto siempre es un fracaso.
Tercero debemos entender que Dios nos manda a disciplinar a nuestros hijos Para imponer estas enseñanzas morales en ellos. El punto no es de castigarles por su conducta mala, sino de cambiar su espíritu y parecer para que obedezca a Dios. Prov. 3:12 Porque Jehová al que ama castiga, como el padre al hijo a quien quiere. Prov. 13:24 El que detiene el castigo, a su hijo aborrece, mas el que lo ama, desde temprano lo corrige.
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