eva05 La Parábola de Cosechar las Naranjas

La Parábola de Cosechar las Naranjas

Por David Cox

[Eva05] v1 ©2008 www.folletosytratados.com
Se puede fotocopiar e imprimir libremente este folleto

Este folleto, la Parábola de cosechar las Naranjas, examina la falta de evangelizar de los cristianos. TEMAS: Paseaba en entre los Árboles de Naranja | La Voluntad de Dios | La Necesidad es Grande | Oremos por los Trabajadores | Trabajamos Nosotros Mismos | Los Requisitos para Evangelizar | ¿Por qué no sales a Evangelizar?




Juan 4:34 Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra. 35 ¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aquí os digo:

Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega.

Hay muchos cristianos quienes no les importan el asunto de evangelizar. Para ellos lo único importante es que ellos mismos se van al cielo. Son conchudos en su seguridad de su propia salvación y está perfectamente bien con ellos si los demás del mundo se van al infierno. Ellos no van a esforzarse ni sacrificar ni incomodar su vida para la salvación de los inconversos. Leí un folleto sobre la parábola de cosechar las naranjas que me ilustró bastante bien el grado de tontería que hemos dejado llegar en el asunto de evangelismo. Por favor, considera si no has dejado el evangelismo afuera de tu vida también.

Paseaba en entre los Árboles de Naranja

Tuve un sueño que manejaba por medio de los campos de árboles de naranja. Los árboles eran cargados con brillantes naranjas, casi doblando las ramas por su peso, todas listas para la cosecha. Ya empezaron a caer al suelo, pero no hubo nadie para la cosecha. Los campos eran vacíos de los trabajadores.

Me interesó un grupo de personas bajo un árbol. Me paré el coche y me fui a ver si pude ayudarles en la cosecha. Entrando atrás del grupo, oí un hombre enfrente hablando de cómo se hace la cosecha de la naranja. Les pregunté si iban a cosechar las naranjas, que yo les ayudaré. “Pues, claro vamos a cosechar naranjas. ¿No lo ves que esto es lo que estamos haciendo?” No vi nada recoger ni una naranja.

Me hizo raro que hubo gente para tomar la cosecha, y las canastas listas hasta que sobre, pero no hubo ninguna naranja en las canastas. Entonces escuché más de lo que dijo este.

El hombre hablaba mucho de qué importante es de cosechar las naranjas antes que se echa a perder la oportunidad, y las naranjas se caen al suelo para ser pérdida para siempre. Tuvo razón. Le pregunté a alguien a mi lado de nuevo, “¿Qué están haciendo allí?” El grupo era muy grande y mucha gente, y hubo un hombre en una plataforma hablando a todos. “Hoy es día de la Naranja.” “¿Qué es día de la naranja?” pregunté yo. “Es el día en que todos vamos a la cosecha de naranjas.” Me alegró mucho, y pensé que yo pudiera ayudarles con la cosecha.

Pero siguió el hombre hablando, y toda la gente sentada en sillas con colchones. Nadie cosechó nada. Esperé mucho tiempo, y al final el señor hablando tanto dio la vuelta y agarró una sola naranja del árbol y la metió en una canasta. Todos empezaron a aplaudirle. Pensé, “seguro que todos van a levantarse a hacer lo mismo,” pero todos se levantaron y se fue a sus coches para ir a sus casas. ¡Ya terminó!

“¿A dónde van?” pregunté. Alguien me dio, “Ya cosechamos las naranjas para este año, y ahora tenemos que ir a comer y hacer nuestras actividades.” Le contesté, “¿Pero no vamos nosotros a cosechar naranjas? ¿Hay casi todas en los árboles sin ser recogidas?” “Pues, no. ¿Cómo vamos nosotros a cosechar naranjas sin ir a estudiar en el seminario de cosechar naranjas? El Pastor Buenazo y el Evangelista Bromista se pueden cosechar, pero nosotros no somos entrenados.” Yo dije, “¿Por qué nada más lo hacemos? ¿Qué experiencia necesitamos para hacerlo?

Hablé con varios más, pero ninguno quiso tocar los árboles menos las naranjas. Oí dos mujeres hablando de que excelente era la cosecha esta año, y que el próximo año espera que será igual.

Empecé de agarrar naranjas yo mismo de los árboles a ponerlos en las canastas, pero varios de los hombres vinieron a regañarme por hacer algo tan necio. “Déjenlas” me dijeron, “puedes echar a perderlas.” De repente oí un sonido, y empezaron a caer las naranjas al suelo, y reventarse.

En todos lados oí la caída constante de unas naranjas cayendo al suelo para reventarse. Regresé a mi coche y me fui por la carretera, vi en unos pocos lugares unos individuos trabajando con fatiga para cosechar las naranjas de los árboles y llenar las canastas. Casi siempre trabajaban solos, o en grupos de dos, y era pesado el trabajo por tan poquitos trabajadores, y tanta naranja que necesitaba ser recogido.

Al final, me desperté y me di cuenta que era nada más un sueño desagradable.

Tomado y adaptado del folleto “The Parable of the Orange Tree” por Dr. John White.

La Voluntad de Dios

Juan 4:34 Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra. 35 ¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega.

Primero fíjate que Jesús concentró solamente en cumplir con la voluntad del Padre. Esto le consumió. Jesús es nuestro ejemplo, y debemos nosotros igualmente dedicarnos a cumplir la voluntad del Padre como toca nuestras vidas.

Segundo fíjate que Dios no hace su obra sin la participación y cooperación de los seres humanos, básicamente los creyentes. Para hacer la obra de Dios, Dios usa sus hijos quienes se sujetan a la voluntad de Dios. O sea, Dios obra por medio de sus hijos obedientes. Así es la forma en que trabaja Dios. Dios usa muy ligeramente ángeles o circunstancia, y mucho más usa a sus hijos obedientes haciendo el trabajo de Dios conscientemente, o sea, por que Dios le mandó de hacer algo, y ellos cumplen con este mandamiento.

Marcos 16:15 Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.

Allí está el corazón de Dios. Que llevamos el evangelio a toda criatura en todo el mundo.

La Necesidad es Grande

Isa 6:8 Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí.

Además fijamos en la necesidad que los hijos de Dios que se levantan sus ojos para ver la necesidad tan grande que es. Los campos de Dios están blancos para la siega, y no hay trabajadores. Esto es como Dios obra. Dios quiere que primero sus hijos ven la necesidad de los inconversos en ser salvo, y que nos cargamos nuestro corazón para hacer algo sobre ello, y luego nos llama a ministrar delante de Dios. Es triste que muchos separen el ministerio a ministros profesionales (que ellos no son llamados a ser esto), y a miembros de la iglesia que realmente no hacen nada más asistir y dar dinero. Cada hijo de Dios debe obrar en la obra.

Oremos por los Trabajadores

Mateo 9:37 Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos. 38 Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies.

El orden correcto es que vemos la necesidad de que la obra de Dios a fuerzas se cumple, y luego oremos a Dios para que Dios envíe a obreros a la siega. Es importante de ver que Dios quiere que estemos orando por la obra de Dios, tanto por evangelismo y crecimiento, que por personas de responder al llamamiento de Dios. No podemos hacer la obra nada más, sino que tenemos que saturar todo lo que es hecho en oración antes y durante el trabajo. La oración a Dios para que cumple lo que es la voluntad de Dios es lo que da poder a los obreros, y que causa a los obreros de responder. Sin los obreros laborando en oración, la obra de Dios no se va a cumplir como Dios lo quiere. Preguntaron al famoso predicador Charles Haddon Spurgeon ¿qué era el secreto de su éxito en predicar? Indicó abajo. “¿Qué es esto?” Le dijeron. Les llevó a un cuatro debajo del pulpito donde hubo 50 hombres orando todo el tiempo que él predicara.

Trabajamos Nosotros Mismos

Isaías 6:8 Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí.

A fin de cuentas Dios quiere que oremos con fervor para la obra de Dios, que el evangelio se predique, y los inconversos aceptan al Salvador, y luego se forman iglesias donde los nuevos convertidos crecen a madurez, y que ellos mismos entran en la obra de Dios. Pero todo esto no funciona si no hay hijos de Dios, gente normal, quienes se ofrecen para que cumplan la voluntad por medio de sus vidas. Tiene que ser personas quienes que no son adecuados, no son preparados, no son expertos ni profesionales, sino personas quienes dicen, “Señor, aunque no soy perfecto para esto, te ofrezco lo que tengo, solamente mi vida en humilde sumisión a ti.” Esto es quien que Dios usa, los sumisos, y esto es como la obra de Dios se hace correctamente. En hacer la obra, la actitud de ellos es tal que Dios puede enseñarles lo que les falta. Pero sin disposición de obedecer a lo que sea, y a donde les lleva, no se hace la obra de Dios.

Los Requisitos para Evangelizar

Hay unos requisitos muy importantes para evangelizar. No son lo que muchos piensan. Primero sobre todo, lo más importante requisito es que uno mismo ha sido convertido, y que tú mismo eres salvo. Sin haber tenido la experiencia y conocer personalmente al Salvador, nunca puedes decir a otros sobre esto. El segundo requisito es que entiendes bien el evangelio. Sin claridad del evangelio en tu mente, nunca puedes explicarlo bien a otros. He oído santos con años en el Señor tratar de explicar el evangelio, y después de todo, dudo si el supuesto santo es aun salvo. El enfoque es fe en Jesucristo para quitar sus pecados, y un rechazo del pecado y todos los demás cosas que confía la gente para llevarle al cielo. Otro requisito es que la persona tiene que estimar a su Salvador mayor que el escándelo u oposición que los demás pueden presentarle.

¿Por qué no sales a Evangelizar?

2Ti 4:5 “haz obra de evangelista, cumple tu ministerio.”

Estamos aquí para dar testimonio a nuestra Salvador (1Ped 2:9). El ser salvo es de confesar a Cristo delante de otros (Romanos 10:9-10), que es un proceso por toda la vida de decir a otros sobre nuestro Salvador. ¿Por qué no aprendemos cómo, y hacerlo? Download “eva05-cox-parabola-de-las-naranjas-v1-min.pdf” eva05-cox-parabola-de-las-naranjas-v1-min.pdf – Downloaded 469 times – 116.00 KB

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