No Codiciarás Nada
de tu Prójimo
Por David Cox
[eb22] v1.1 ©2013 www.folletosytratados.com/eb22
Se puede fotocopiar e imprimir libremente este folleto
Resumen: En este folleto examinamos el mandamiento en contra de la Codicia.
TEMAS: El Plan de Dios para el Hombre | Cada uno debe trabajar | ¿Qué es la Codicia? | El Contentamiento del Hijo de Dios | Lo Temproal de las Riquezas | Codiciar produce más Codicia | Codiciar es Idolatrar | Deseando lo que no es tuyo | Las Consecuencias de la Codicia
Éxodo 20:17 No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.
Lamentablemente la codicia es un pecado común entre cristianos, y destruye a mucha gente. Para entender lo que es codicia, debemos entender la orden de Dios al hombre, trabajar honestamente y estar conforme con lo que obtiene por este medio. Cuando el hombre camina fuera de la voluntad de Dios solo “buscando“, esto mueve al hombre a codiciar – desear lo que no es suyo para tener. Desear en extremo es codiciar, es un deseo excesivo de lo impropio, es fijarse metas insanas que llegan a ser ídolo en nuestras vidas.
Mat 4:10 Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás. Mat 6:24 Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.
El Plan de Dios para el Hombre
Génesis 3:5 sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. 6 Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella.
En el huerto, Dios proveyó todo lo que el hombre necesitaba. Pero aun teniendo todo lo necesario, Satanás pudo engañar a Eva con la idea de que había algo más a lo que tenía derecho, pero Dios no quiso dárselo. Este sentimiento o pensamiento es exactamente la base de la codicia. Codicia es meramente el deseo de lograr algo que no es suyo. El hijo de Dios debe rechazar el disfrute de lo que no es suyo. Se preocupa acerca de dónde vino lo que tiene. Para entender esto, tenemos que señalar y explicar algunas cosas sobre el hombre.
Cada uno Debe Trabajar
1ª Tim 5:8 porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo.
Dios pretende que cada persona trabaje para su sostén y él de su familia. Aunque Dios le dio todo lo necesario, el hombre lo rehusó por desear todavía más y cayó en pecado. La caída de Eva y de la humanidad en pecado fue el exagerado deseo de poseer algo indebido, así
nació LA CODICIA. Dios manda al hombre trabajar con el sudor de su frente para su sobrevivencia.
Gén 3:17 “con dolor comerás… 19
Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra…” Dios eliminó “el toma fácil” para sobrevivir, y nos puso a trabajar por lo que tenemos. Sin laborar, el hombre no vive. Trabajar debe ser una meta fija en tus planes.
2ª Tes 3:10,,, Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma.
11 Porque oímos que algunos de entre vosotros andan desordenadamente, no trabajando en nada, sino entremetiéndose en lo ajeno. El problema es que el hombre es flojo, y no quiere trabajar legítimamente para lograr sus metas y deseos.
Al no tener, empieza a desear codiciosamente lo que otros tienen, y se las ingenia para obtener lo que no es suyo (codicia). Obrar fuera del plan de Dios es el problema. Codiciar es no permanecer en la voluntad de Dios evadiendo que more en tu vida.
¿Qué es la Codicia?
Lucas 12:15 Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia (desear sobremanera riquezas); porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee.
Codiciar es desear en forma ilícita un objeto o un fin, mediante métodos ilegales. No es que necesariamente no debamos desear, pero no hay que desearlo en “mala forma“, es decir, fuera de la voluntad de Dios. Existen dos pensamientos: (1) Desear sin ver primero lo que Dios avisa. Si el tener o disfrutar posesiones y riquezas es para ti lo supremo (tu dios), entonces, es probable que las consigas sin respeto de las reglas morales. El objeto y el método están fuera del plan de Dios.
(2) Desea solo lo que es la voluntad de Dios para ti. La forma de conseguir debe ser un camino legal y moral. Trabajas, y de tus ganancias legítimas compras lo que tienes y lo disfrutas. A veces no consigues lo que quieres, deteniendo tus esfuerzos por lograrlo. El hijo de Dios no quiere tener ni disfrutar lo que ha sido conseguido ilegalmente. Tampoco quiere algo fuera de la voluntad de Dios. El disfrutar de lujos no es su deseo sino actuar bajo la voluntad de Dios. Pero la verdad va más allá.
Hech 20:35 En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús… Más bienaventurado es dar que recibir.
Efe 4:28 El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad.
Debemos trabajar para cuidar nuestras vidas y poder ayudar a otros a hacer lo mismo. Vivir con lujos nunca será algo válido para ningún cristiano.
El Contentamiento del Hijo de Dios
1ª Tim 6:6 Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento; 7 porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. 8 Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto.
El problema con mucha gente es que 1) No quiere trabajar para tener y disfrutar. 2) Recurre a formas ilícitas (robar, conseguir por trampa o mentiras, etc.) para obtener lo que no tiene, o aun peor, desea cosas que no están dentro de la voluntad de Dios.
Sal 37:16 Mejor es lo poco del justo, Que las riquezas de muchos pecadores.
La mayoría prefiere lujos aunque entre en pecado para conseguirlos. Tenemos que confiar que Dios sabe mejor de estas cosas que nuestro criterio. Prov 19:23 El temor de Jehová es para vida, Y con él vivirá lleno de reposo el hombre; No será visitado de mal Al lograr algo del Señor en temor, uno puede sentirse satisfecho al obedecer solamente los mandatos de Dios.
Prov 30:8 Vanidad y palabra mentirosa aparta de mí; No me des pobreza ni riquezas; Manténme del pan necesario;
1ª Cor 7:20 Cada uno en el estado en que fue llamado, en él se quede.
El punto a entender es que Dios da en abundancia a algunos, y muy poco a otros. La clave para ser feliz es trabajar duro y lo mejor que se pueda, y buscar la felicidad con lo que Dios te dé por tus labores. Desear más allá de tus fuerzas, no te hará nada bien nunca.
Lo Temporal de las Riquezas
Job 27:19 Rico se acuesta, pero por última vez; Abrirá sus ojos, y nada tendrá.
Salmo 49:17 Porque cuando muera no llevará nada, Ni descenderá tras él su gloria.
Mucho del problema radica en que tenemos mala vista, vemos las cosas de este mundo como de eterna importancia cuando no es así.
Codiciar produce más Codicia
Ecl 5:10 El que ama el dinero, no se saciará de dinero; y el que ama el mucho tener, no sacará fruto. También esto es vanidad.
Dios expone que la gente que sigue la codicia para “ser feliz” no llegará a ella. Codiciar es algo que devora las entrañas como un cáncer.
Las Riquezas tienen Guerra con el Alma
Deuteronomio 28:47 Por cuanto no serviste a Jehová tu Dios con alegría y con gozo de corazón, por la abundancia de todas las cosas,
Deuteronomio 8:17 y digas en tu corazón: Mi poder y la fuerza de mi mano me han traído esta riqueza.
18
Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día.
Mat 13:22 El que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa.
Las “cosas” o posesiones están en competencia con Dios por tener el control de nuestras almas. Son muy dañinas para nosotros. Recibimos algo y pensamos que ha sido por mérito propio. Lo hemos conseguido y ya siendo posesión nuestra, podemos disponer de ella como queramos.
Codiciar es idolatrar
Col 3:5 Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría; Lo importante es identificar el deseo incorrecto y entenderlo como pecado. Pensar que es tuyo sin mediar Dios en ello, provoca muy fácilmente que “eso”, llegue a ser un ídolo en tu corazón.
Deseando lo que no es tuyo
Éxodo 20:17 No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.
(1) El objeto no es legítimo. A veces queremos algo que Dios nos tiene prohibido. Esto puede ser algo que el mundo considera “normal”, pero para el cristiano no es algo permitido. Muchos quieren un negocio para sostenerse, pero para obtenerlo, se encuentra con que tiene que ceder a los sobornos y mentiras, o hacer cosas indebidas (como abrir los domingos) para que el negocio vaya bien.
(2) La cosa pertenece a otro. El mandamiento décimo está específicamente referido a todo lo que pertenece a otra persona. No debes desear algo que tu vecino tiene, como su esposa, terreno, casa, negocio, etc.
(3) La forma de conseguirlo es incorrecta. La forma bíblica de conseguir cosas es trabajar duro y honestamente con esfuerzo y sudor para finalmente lograrlo. Muchas veces la gente usa la mentira, el engaño, o simplemente roba para obtener lo que desea.
Las Consecuencias de la Codicia
El primer problema es que la codicia corrompe la vida espiritual de quien la practica. En lugar de trabajar honestamente y conseguir lo necesario, la codiciosa busca formas para obtenerlo, ignorando o rehusando las formas bíblicas.
Segundo, la codicia es siempre un monstruo sin fin. Obtenida una meta, planta la semilla para otra. No está satisfecho nunca. Es una forma de vivir siempre descontento queriendo más y más.
Tercero, la codicia es un ídolo que domina tu vida y que hará que el Dios de los cielos no pueda ser tu Salvador.
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