doct48 Diablo anda suelto entre nosotros

El Diablo anda suelto entre nosotros
Los frutos del Diablo

Por David Cox

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Apoc 12:9 Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra…10… porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche.

La palabra “diablo” en griego significa oponente, antagonista, o acusador. El carácter de Satanás es de siempre estar revolviendo las cosas para que no haya paz, no haya gozo, no haya amor. Satanás es la mera persona, que en su carácter, se opone el carácter de Dios y la moralidad divina. Cuando una persona acusa a otros, toma este carácter. Estudiamos Gálatas 5:22-23, el fruto del Espíritu Santo, y encontramos exactamente el opuesto de este fruto en la persona del Diablo. Entonces vamos a ver como su carácter destruye el fruto del Espíritu Santo.




Precaución

Mientras un buen cristiano va a ver esto estudio bien, examinando su propio corazón para ver si él o ella realmente es un hijo del Diablo, los que son hijos del Diablo (hacen sus obras) van a usar todo este folleto para atacar a otros. No usas los puntos de este folleto con otros, pero con tu propio corazón y alma. Piensas solamente en como si tú cabes en el molde de un hijo del Diablo, manifestando las obras de Diablo o el fruto del Espíritu Santo.




El Acusador

Apoc. 12:9-10 que se llama diablo y Satanás… el acusador de nuestros hermanos

Satanás odia a Dios porque Dios está en su camino (según cómo piensa Satanás) de que Satanás sea el dios de todo. Pero como Satanás no puede contra mero Dios, entonces Satanás ataca el cariño de Dios, la iglesia. Cuidado con atacar a otros cristianos, porque Dios es el juez, y tu no debe entrar en estas cosas. Aunque Satanás odia a toda la humanidad, odia especialmente a los hermanos, y día y noche, como en el primer capítulo de Job, anda atacando y acusando a los hermanos delante de Dios. Es su carácter puesto en acción.

En Job 1, Job era un hombre justo delante de Dios. No era sin pecado, pero era un fiel hombre de Dios. Satanás viene, y su arma en contra de este creyente es la acusación. Job era fiel en responder con contrición y arrepentimiento a los pecados en su vida, y hasta se extendió a las vidas de sus hijos. Hacía ofrendas constantemente para quedarse bien con Dios. Satanás no quiso que se quedara estos pecados bajo la sangre sino quiso sacarlos para destruir su relación con Dios. Lo perdonado es usado para malear la relación entre un hermano y sus hermanos y delante de Dios.

Pro. 14:21 Peca el que menosprecia a su prójimo; Mas el que tiene misericordia de los pobres es bienaventurado. 22 ¿No yerran los que piensan el mal? Misericordia y verdad alcanzarán los que piensan el bien.

Se marcan los hijos de Satanás por causar personas de siempre pensar mal hacia a su prójimo, y a sus hermanos en Cristo. Luego logra a meter esta mente en personas “cristianas”.

Lo que Satanás, el Acusador, quiere es (1) los hermanos se ven malos en los ojos de Dios y otros. (2) si es posible, que Dios y otros los condenan a los hermanos, y (3) que los hermanos andan mal entre sí y para con Dios.




Hay Hijos del Diablo entre Nosotros

Jn 8:41 Vosotros hacéis las obras de vuestro padre 44 Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira.

La primera cosa que observamos es que hay hijos de Satanás entre nosotros, y estos (salvos o cristianos carnales) están en la iglesia, y normalmente pretenden de ser los más espirituales entre nosotros.

Segundo, observamos que ellos (como su padre) agitan la congregación y los hermanos por contención y irritar uno al otro. Esta es una obra de la carne, pero Satanás bien usa esto para dañar al rebaño de Dios.

En la descripción de Pablo de las obras de la carne en Gálatas 5:19-21, los describe muy bien.

Gá 5:19 Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, 20 idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, 21 envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.

Los hijos del diablo son personas en que la perversión y disensión andan libre en ellos (aun escondido de los demás). No tienen control de sí mismo (fruto del Espíritu es templanza Gal 5:23) Su falta de control de sí mismo es visto en su vida, y especialmente su falta de control se ve en su lengua que no puede controlar. En privado, su boca es sucia (inmundicia), y anda diciendo maldades, vulgaridades. Su mente es de maldecir y no bendecir a otros. El cristiano que maldice (en público o en privado) probablemente no es realmente salvo.

Son idolatras y esto se ve porque no tienen las prioridades de la vida bien puesto en las cosas de Dios. Los quehaceres de esta vida (Lucas 8:14; 10:40) y el superar a otros en esta vida son su verdadero dios.

Pero realmente brilla las obras de su padre en como se tratan a sus hermanos. Recordamos que Juan definió la verdadera salvación con 1Jn 4:7 Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios.

Pero para ellos, parece que les es imposible de realmente amar a sus hermanos en la iglesia verdaderamente (1Pedro 1:22 Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro;). No tienen la salvación en ellos realmente, y entonces, no aman a Jesús, y por esto no tienen de donde agarrar fuerza para amar a otros. Entonces sigan lo que saben, las obras de su padre el Diablo. Mientras que la verdadera salvación crea una comunidad donde cada individuo ama a los demás, estos se enfocan en herejías, o sea, como dividir “sus hermanos“. Son tan chaparritas que la única forma de ser visto alto es por pisar a otros.




El Contraste Cree aun Más

Lo que tenemos que fijarnos es en el contraste entre un hijo de Dios y un hijo del Diablo. Es grande, y es obvio si nada más lo puedes aceptarlo. Los hijos del Diablo viven para hacer enemistades, pleitos, celos, y contiendas. Los únicos “amigos” que ellos tienen en la iglesia son compadres en pecado, otros que son como ellos. Se marca el fruto del Diablo por una disposición de ser contraria siempre y no hacer acuerdos fácilmente, implacable. Tienen celos y envidias. No es que ven otro que tiene algo bueno, y ellos quieren este bueno en su vida, sino es que no quieren que sus hermanos tengan esta cosa buena. Su corazón y mente está marcada por alto amargura y rencor. Esta descripción del hombre inconverso les aplican bien.

Rom 3:11 No hay quien entienda. No hay quien busque a Dios. 12 Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. 13 Sepulcro abierto es su garganta; Con su lengua engañan. Veneno de áspides hay debajo de sus labios; 14 Su boca está llena de maldición y de amargura. 15 Sus pies se apresuran para derramar sangre; 16 Quebranto y desventura hay en sus caminos; 17 Y no conocieron camino de paz. 18 No hay temor de Dios delante de sus ojos.

Ef 4:30 Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. 31 Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia.

Estos acompañantes de la amargura se ven comúnmente en los hijos del Diablo. Gritan, se pierden la calma fácilmente y frecuentemente (paz, paciencia, benignidad, bondad, mansedumbre, templanza, especialmente el amor
Gal 5:22-23).
1Pedro 4:8 Y ante todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de pecados.

O sea, Dios permite que tus hermanos en Cristo hagan cosas malas, aun a ti, para ver cómo eres tú, cómo es tu corazón. Si la salvación realmente ha agarrado raíz en tu vida, entonces quieres perdón y paz tanto que aun las ofensas de tus hermanos quieres perdonarlas sin enfrentamiento y olvidarlas. Misericordia está en tu corazón y estás viviendo y practicando la misericordia de Dios para con otros.

Mar. 11:25 Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas.  26  Porque si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas.

Nadie realmente tiene la salvación si esta perdón y misericordia que buscan delante de Dios no está viviendo en su vida actualmente.

Stg. 2:13 Porque juicio sin misericordia se hará con aquel que no hiciere misericordia; y la misericordia triunfa sobre el juicio.

Si el perdón de Dios no te ha transformado tu vida al punto en que tú prácticas el perdón y misericordia con otros,
no eres salvo
. No has entendido la salvación suficiente para ser salvo.

Si el coraje, la venganza, el rencor, y el causar tribulación y problemas para otros es en el centro de los pensamientos y corazón entonces eres un hijo del Diablo. Muchos hijos del Diablo quieren mal a sus hermanos, y se ve esto por su actitud, palabras cortantes y agresivas, sus indirectas y directas, y sus acciones ofensivas.

Hebreos 12:15 Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados; Mucho cuidado, porque la amargura que uno lleva en su carácter y forma de pensar se puede ser la causa de no alcanzar la salvación.

Cuidado, porque Dios está viendo

Una de las cosas que estos hijos del diablo no entienden es que no hay nadie tan bueno en sus vidas personales que se puede tomar el papel de juez y procurador (acusador) de los hermanos de sus pecados. 1Co 13:7 Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. Todo lo cree es de pensar lo mejor de cada persona, y sobre sus motivos.

Fil 4:8 Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.




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