Los Principios de Interpretación de las Sagradas Escrituras
Por David Cox
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Hay principios en cómo interpretar la Biblia que nos guían a lo que Dios quiso comunicarnos. Tienen que ser observados para que lleguemos al sentido que Dios quiso. Las sectas y grupos con doctrinas afuera de lo correcto siempre tratan de torcer estos principios para su ventaja, pero si insistimos en observar a estos principios, nos guiarán a la verdad de Dios. Estos principios de interpretación (hermenéuticas) son lo que da estructura y forma a la palabra de Dios, entendimiento y clara comunicación para que entendamos la Palabra de Dios bien.
Deja la Biblia hablar por sí mismo
Mat 23:13 Mas ¡ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque cerráis el reino de los cielos delante de los hombres; pues ni entráis vosotros, ni dejáis entrar a los que están entrando.
Recuerdo leyendo una vez en el sitio de la organización del Watchtower (Atalaya), un aviso para los líderes de sus Salones del Reino (sus iglesias). Dijeron “hemos estudiado esto mucho, y está muy comprobado por nuestros estudios que cualquier Testigo de Jehová que estudie nada más la Biblia sin consultar a nuestra literatura saldrá de nuestro grupo adentro de 14 meses.” ¡Qué admisión! A fin de cuentas, Dios hablará por su palabra si uno le deja hablar. Entonces el primer principio es de no imponer tus prejuicios y preconcebidos conceptos, pero deja que las Escrituras te instruyen, y no las manipulas a tus ideas.
Aceptamos primero lo obvio
En general, la Biblia dice lo que dice. Si nada más observamos lo más obvio sentido de cada pasaje, normalmente vamos a entenderla bien. Si el sentido literal hace buen sentido, no busca otro sentido. Hablo con católicos que no saben que hacer con Éxodo 20:4 que nos prohíbe de hacer imágenes en nuestra adoración a Dios. ¿Cómo es posible que tuerzan uno de los diez mandamientos para que diga el opuesto de lo que obviamente dice? Igual tuercen Mateo 23:9, que dice, “no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos.” Jesús hace el punto de no dar a nadie la autoridad sobre uno como su padre biológico, y Jesús representó esto por los tres títulos “rabí” (23:7), “maestro” (23:8), o “padre” (23:9).
Ellos toman el opuesto de lo más obvio que enseña este versículo, llamando sus sacerdotes “padres). Nada más léelo y no puedes aceptar lo que la Iglesia Católica enseña. Además debemos afirmar y defender la doctrina de la claridad de las Escrituras. O sea, Dios hizo las Escrituras para que las entendamos, y lo obvio de ellas es nuestra primera preferencia. El problema principal con las Escrituras no es de entenderlas porque son oscuras, sino es de no aceptar y obedecer lo que ya claramente dicen. Siempre ponemos más peso y prioridad sobre pasajes claros que pasajes oscuros. Cuando hay dos pasajes que hablan de la misma cosa, uno claro y uno oscuro, entonces estudiamos lo claro primero, para discernir lo que claramente enseñan, y luego vemos lo que dice el oscuro sin aceptar una contradicción de lo que los pasajes claros ya establecieron.
Por ejemplo, los Pentecostales interpretan el hablar en lenguas como de tener una experiencia sobrenatural donde uno pierde el control de sí mismo, y habla en un lenguaje divino, no humano, bajo el control de Dios. Pero Hechos 2 es el pasaje más claro de hablar en lenguas, y lenguas en este pasaje es claramente idiomas humanos, y Hechos 2:6-11 hace una lista de cuales idiomas humanos fueron usados por el Espíritu Santo en el día de Pentecostés. El pasaje segundo de importancia sobre lenguas es 1Cor. 14, y aquí Pablo aclara para los Corintios que ninguna experiencia de hablar en lenguas es de Dios si no tienes entendimiento (14:15-16), que no es de Dios si pierdes control de sí mismo en la cosa (14:30-32), o si hay confusión (14:33), o si hay mujeres hablando (normal o en lenguas), o predicando en un servicio en la iglesia (14:34-35). Si establecemos lo claro de los textos más obvios y claros, entonces ningún texto oscuro puede contradecir lo claro.
Respetamos su contexto en la historia, igualmente la gramática
Dios nos dio las Escrituras en un contexto histórico y gramático, que tiene que dictarnos como debemos entenderlas. O sea, tenemos que poner prioridad en como las personas que recibieron primeramente estos escritos iban a entenderlas en el contexto histórico de su día. Además entendemos que un buen entendimiento de la geografía y cultura de un pasaje tiene fuerza y consideración para llegar a su entendimiento correcto. La gramática del idioma original en su día es lo que dicta el sentido.
2Pe 3:9 El Señor… es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.
1Ti 4:10 porque esperamos en el Dios viviente, que es el Salvador de todos los hombres, mayormente de los que creen.
Los Calvinistas hacen gimnásticas para decirnos que “todos los hombres” no significa “todos”, sino solamente unos pocos. Lo obvio de la gramática es que “todos” significa todos. Igualmente insisten en que la voluntad de Dios siempre se hace, y entonces tratan de decirnos que es imposible que Dios realmente “no quiera nadie de perecer”, porque si quisiera esto, todos se salvarán. Juegan con la voluntad de Dios, y hacen una voluntad divina permisiva y luego la perfecta voluntad de Dios. De una mano, dicen que el hombre es incapaz de decidir algo solo, y de la otra mano dicen que Dios esfuerza a los hombres aun en pecar e irse al infierno ni modo sus voluntades o deseos. La voluntad humana no entra según ellos, y Dios ya les han condenado al infierno. No podemos aceptar gimnásticas con las palabras. Déjenlas decir lo dicen.
No podemos imponer nuestros sentidos y opiniones sobre las Escrituras, sino tenemos que verlas como los recipientes originales las entendieron. La excepción a esta regla es cuando la interpretación literal “no hace buen sentido”, como en Apoc. 6:12 que dice “la luna se volvió toda como sangre.” La idea es que la luna se cambiará a ser “como” sangre, no actualmente sangre. Aunque el mismo contexto nos da indicaciones cuando no debemos interpretar el pasaje literalmente, la interpretación literal no hace mejor sentido, sino una ilustración de algo. Tachamos múltiples interpretaciones del mismo pasaje. Muy rara es la vez cuando alguien usa una ilustración o alegoría donde hay dos sentidos (una alegoría), y la mayor parte de las Escrituras no admiten dos sentidos. Tampoco no ignoramos su estilo de literatura que es.
El Poder Divino en Palabras
Dios inspiró la Biblia con un poder divino que extiende hasta garantizarnos que las palabras que Dios puso son las que quiso poner. Cuando hablamos de entender la Biblia, Dios ha hecho todas las Escrituras decir lo que Dios quiso que digieran. No hay error, no hay equivocación, y no hay contradicción. 2Ti 3:16 Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, La inspiración de Dios es lo que nos guía para confiar en ella. También la lógica no toma autoridad sobre la Palabra de Dios, sino las Escrituras sobre la lógica. No es de decir que las Escrituras son ilógicas, sino que no es excusa válida que uno no entiende un pasaje o interpretación, entonces lo rechaza. Si la Biblia afirma o niega algo, tenemos que aceptarlo aunque no lo entendemos como puede ser tal cosa así. Las Escrituras no son contra la lógica, sino más allá que la lógica, más excelente que la lógica. Solo por sabiduría uno entiende. Nuestra falta de sabiduría no es excusa, tenemos que creer y aceptar.
No hay contradicción en la Biblia
Jn. 10:35 la Escritura no puede ser quebrantada,
Un principio muy útil es que las Escrituras son inspiradas por Dios, entonces no pueden tener una contradicción en un lado con algo en otro. Hay una divina armonía entre todos los pasajes de las Escrituras para que ningún pasaje contradiga en enseñanza y doctrina lo que otro pasaje afirma. Si sujetamos cada interpretación a su contexto histórico, entonces entendemos los pasajes que parecen como contradicciones. Este principio inviolable es utilizado para asegurar que no interpretamos mal un pasaje. Si tu interpretación es contradicha por otro pasaje de las Escrituras, entonces tu interpretación y entendimiento está mal.
Respetamos la Variedad de la Biblia
Dios usó diferentes formas de literatura para comunicarnos su mensaje, y hay mucha diferencia entre narrativos, poemas, historias, y pasajes didácticos. No podemos buscar doctrina y normas en pasajes históricos, porque su propósito no fue esto. No podamos insistir que Dios repite lo que pasó en el Monte cuando Dios dio a Moisés los diez mandamientos, o Eliseo enfrentando los profetas, o Jesús haciendo milagros. Porque una persona bíblica hizo una cosa no quiere decir que nos va a pasar igual.
Respetamos las prioridades divinas
Sobre todo, las Escrituras son una comunicación de Dios para que seamos salvos, y para guiar nuestras vidas en el camino de Dios que agrada a Dios. Todas nuestras interpretaciones tienen que exaltar la persona y misión de Jesucristo, como la cosa más importante en la Biblia. El enfoque de toda la Biblia es que andemos en la voluntad de Dios, y esta voluntad es expresada en las Sagradas Escrituras.
Nuestra interpretación debe tener como meta de sujetarnos a la buena voluntad de Dios. Primero sobre todo es que invertimos nuestra fe solamente en Jesucristo y Su obra en la cruz para ser salvo. Después debemos buscar con todo nuestro corazón el obedecer la voluntad de Dios.
Busque la verdad para obedecerla
Jn. 7:17 El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá si la doctrina es de Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta.
A Dios, no le gustan chismosos. Si buscas entender la Biblia para ser turista, de ver pero no hacerla tuya, entonces nunca llegarás a la verdad. Simplemente Dios no te va a revelarla. Para entenderla, tienes que comprometerte con Dios de obedecer lo que te revela.
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