doct19 La Morada del Espíritu Santo en el Creyente explicamos cómo y cuándo es la entrada y morada del Espíritu Santo adentro del creyente.
La Morada del Espíritu Santo en el Creyente
Por David Cox
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Jn 14:16 Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: 17 el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.
Muchas personas, aun buenos cristianos, no entienden la enseñanza bíblica sobre la morada del Espíritu Santo adentro del creyente. De un lado, es una promesa de Dios con que Dios sella Sus promesas de salvación, santificación, y unión con Dios. De la otra mano, la morada del Espíritu Santo adentro de nosotros tiene que ver nuestro esfuerzo de vivir en la voluntad de Dios.
Tabla de Contenido
El Espíritu Mora Adentro de Nosotros
Actualmente, nuestro Salvador es Jesucristo, pero Jesús regresó al cielo, y en Su lugar, nos envió al Espíritu Santo en Su lugar para morar adentro de nosotros. ANTES DE regresar, Jesús habló de la venida del Espíritu Santo en una forma futura (Jn 14:16-17 ve la portada del folleto). Este hecho sucedió en dos puntos de la historia, cuando Jesús formalmente mandó a los discípulos, “solpó… recibid el Espíritu Santo” (Jn 20:22) y actualmente en Hechos 2. Después de Hechos 2, la Biblia habla usando el tiempo pasado de la venida del Espíritu Santo en nosotros.
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Efe 3:16 para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu; 17 para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, 18 seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, 19 y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.
Col 1:26 el misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos, 27 a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria,
Rom 8:9 Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.
Especialmente en Romanos 8:9 vemos la lógica de Pablo, si alguien NO TIENE EL ESPÍRITU DE CRISTO, no tiene nada de ver con Dios, o sea, no es aun salvo. Entonces, realmente, ningún cristiano hoy en día debe “buscar al Espíritu Santo” porque si no lo tiene, no es salvo.
Pero la salvación es tanto la fe en Jesús como nuestro Redentor que es de aceptar a Jesús de ser el patrón espiritual de nuestra vida. La salvación es actualmente la “habitación de Cristo” en nosotros, esta constante presente morada de Dios en nosotros que es el carácter moral de Dios viviendo por nuestras vidas como testimonio al mundo. En cambio, de la venida del Espíritu que es un hecho a ser salvo, la morada del Espíritu es algo que controlamos nosotros por dejar el Espíritu Santo de controlarnos, o nuestra resistencia en vivir en el pecado. Entonces la morada de Dios en nosotros es por medio de la aplicación de nuestra fe, y esto es, las creencias y moralidad de Dios que nos afectan y nos cambian para vivir la voluntad de Dios (Rom 12:1-2). Recibimos o cumplimos con la voluntad de Dios por dejar el Espíritu de guiar y controlar a nuestras vidas.
La Garantía de la Salvación
2Co 1:21 Y el que nos confirma con vosotros en Cristo, y el que nos ungió, es Dios, 22 el cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones.
Rom 8:16 El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.
1Jn 4:13 En esto conocemos que permanecemos en él, y él en nosotros, en que nos ha dado de su Espíritu.
Las arras son un anticipo “de buena fe” de que una parte de un contrato entre dos va a cumplir su palabra. Dios nos ha dado el Espíritu Santo como anticipo de la completa salvación en el cielo futuro. Este Espíritu y su efecto son presentes en nuestros corazones ahora, y “tendremos más del Espíritu Santo” a la medida de qué tanto dejemos el control a Él.
Efe 1:13 En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, 14 que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria.
Es muy importante de observar la secuencia de eventos en Efe. 1:13-14. 1) oír el evangelio. 2) de haber creído en Jesucristo, 3) de ser sellado con el Espíritu Santo. Dios valida la salvación en nosotros por enviarnos el Espíritu Santo (“Su venida” es un hecho una vez para todos, pero “Su bautismo” es individual a cada persona en particular que es salvo). Su obra en sellarnos es de empezar una transformación completa de un hijo del diablo a ser un hijo de Dios.
Afectamos al Espíritu Santo
Efe 4:30 Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.
Es muy importante de ver que Dios estima a nuestras voluntades. Dios no nos hace robots sin voluntad, haciendo nada más lo que fue programada antemano. Dios quiere que nuestro servicio, amor, y dedicación brota de un corazón voluntario. Aunque Dios nos deja vivir nuestra voluntad en una forma, Dios nos afecta espiritualmente por poner ideas, conceptos, y ejemplos espirituales enfrente de nuestros ojos y en nuestra mente. Dios hace esto para ver si respondemos en amor a Su voluntad, a Su querer.
El poder de Dios de afectarnos es muy grande, pero el chiste es de entender que nos afecta por Su Palabra (el Verbo tanto en palabras que en principios espirituales) para que nuestra mente, corazón, y alma responden con el poder de Dios en lo que hacen.
El Espíritu “nos vivifica”
Rom 8:9 Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él. 10 Pero si Cristo está en vosotros, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, mas el espíritu vive a causa de la justicia. 11 Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros.
O sea, todo el propósito divino del Espíritu morando en nosotros es para “vivificarnos” o activarnos en nuestros deseos y voluntad, en nuestras actitudes, y en nuestras acciones. Dios nos hace vivir en una forma santa por medio de Su Espíritu morando en nosotros.
1Co 6:19 ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? 20 Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.
La morada del Espíritu adentro de nosotros igualmente demuestro el “sello de Dios” sobre nosotros, como un sello es una marca de quien es el dueño. Somos posesión de Dios. Dios nos rescató para sí mismo. Siendo posesión de Dios, tenemos la obligación moral de glorificar a Dios por imponer la moralidad divina en nuestras vidas no solamente como obligación, sino por gozo que fluye de nuestro amor por quien nos salvó.
El Espíritu Afecta a Nosotros
Jn 7:37 En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. 38 El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. 39 Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado.
“SI TENEMOS SED DE DIOS”, entonces ¡el Espíritu Santo entrará al mundo grandemente “POR MEDIO DE NOSOTROS”! O sea, seremos el canal o el medio por lo cual Dios (la moralidad de Dios) vive abiertamente en este mundo. Por medio de esto, glorificamos a Dios por promover Su carácter moral entre la humanidad. Pero hay un problema aquí, y este problema gira completamente alrededor de nosotros, “si queremos”, o sea, nuestra participación.
1Te 5:19 No apaguéis al Espíritu.
Es una lástima que tantos cristianos no entienden cómo funciona todo esto. Ellos quieren ir al cielo al morir, por no quieren prestarse en ninguna forma para vivir la santidad y piedad de Dios. No poner ni sus esfuerzos y energía en ello, ni tienen ganas al respecto nada. Ellos “apagan al Espíritu.” Ellos contristen al Espíritu (Efe 4:30).
Stg 4:4 ¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios. 5 ¿O pensáis que la Escritura dice en vano: El Espíritu que él ha hecho morar en nosotros nos anhela celosamente? 6 Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes. 7 Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.
Dios ha puesto Su Espíritu en nosotros para efectuar nuestra victoria espiritual sobre el pecado. La falta de tener victoria en tu vida, habla de tu terca voluntad en rehusar a responder a Dios, y esto actualmente indica la actitud de alguien que no es salvo. ¡Cuidado!
Es una cosa que tenemos el Espíritu, y es otra cosa que el Espíritu de tener a nosotros.
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