eb32 No Debemos Buscar al Espíritu Santo explica que el Espíritu Santo es dado al momento de la salvación, de creer en Jesucristo. No tenemos que pedirle a Dios. No es que tenemos que pedir a Dios por el Espíritu Santo, porque Dios da el Espíritu Santo al momento de darnos la salvación. Esto es por fe. Por la misma fe, recibimos el Espíritu Santo al mismo momento de nuestra salvación.
Por David Cox
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Lucas 11:13 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan? Hay personas quienes dicen que el cristiano tiene que buscar el Espíritu Santo. En este, la “llegada” del Espíritu Santo está acompañada con ciertas “manifestaciones”: como la de hablar en lenguas, la de caer en el piso revolcándose de lado a lado, la de convulsiones fuertes, la de perder el control del cuerpo de uno mismo. Mientras la Biblia habla del bautismo del Espíritu Santo, no hay manifestaciones externas de la salvación[1]. Más bien, estas manifestaciones modernas son vistas como enfermedades mentales o el control y la actividad de demonios. La presencia del Espíritu Santo se ve solamente en la santidad y piedad en la vida de la persona.
[1] El hablar en lenguas es en lenguas humanas, y era para predicar el evangelio. Hechos 2:8 “les oímos nosotros hablar cada uno en nuestra lengua en la que hemos nacido”. Era totalmente bajo control de la persona. 1Cor 14:30. Lo que es Dios y donde Dios obra, templanza es la regla no el perder el control.
Tabla de Contenido
- 1 El Espíritu en el Antiguo Testamento
- 2 La Transición entre A.T. y N.T.
- 3 Las Arras del Espíritu ¿Cuándo Recibimos el Espíritu?
- 4 El Ser Salvo es de Tener el Espíritu Santo
- 5 La Garantía de que Somos Salvos
- 6 La Explicación de Lucas 11:13
- 7 La Morada del Espíritu Santo en nosotros
- 8 Hay consecuencias del Espíritu Morando en Nosotros
- 9 La Secuencia de Eventos
- 10 Descargar
- 11 Más Folletos de esta Categoría
El Espíritu en el Antiguo Testamento
Salmos 51:11 No me eches de delante de ti, Y no quites de mí tu santo Espíritu.
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Así David se sintió por su pecado ni confesado ni arrepentido. Era un “sentir” para él muy malo y desagradable. Pero no podemos concluir que así el Espíritu nos deja en el Nuevo Testamento. (Aun en el A.T. el Espíritu Santo permanecía sobre la persona 1 Samuel 16:13… y desde aquel día en adelante el Espíritu de Jehová vino sobre David. En el N.T. el Espíritu Santo mora adentro.)
La Transición entre A.T. y N.T.
Juan 14:17 el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.
Jesús declaró que la situación del Espíritu Santo iba a cambiar para una morada permanente. Las Escrituras fijaron este evento en el día de Pentecostés. El Día de Pentecostés es la Transición. Hechos 2:1 Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. 4 Y fueron todos llenos del Espíritu Santo. Este día era el evento de la morada del Espíritu Santo dentro del creyente e iba a ser permanente cómo Jesús lo prometió en Juan 14:17 y llegó en Hechos 2.
Las Arras del Espíritu ¿Cuándo Recibimos el Espíritu?
Las posiciones son (1) que recibimos el Espíritu Santo en el momento de ser salvo. El Espíritu es dado por la misma fe que salva a la persona. (2) Posición Pentecostal. Que somos salvos, y tiempo después (tal vez mucho después) recibimos al Espíritu Santo. Lo famoso de buscar el Espíritu Santo en los Pentecostales, el “encontrarle”, y luego estas “manifestaciones.” Ellos creen en una forma, que el recibir al Espíritu (el segundo caso arriba) es un logro de las obras de uno, pero no por la fe salvadora. Pero Gálatas 3:14 para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu. Efesios 1:13 En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, 14 que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria. Las Escrituras fijan exactamente el tiempo en que uno recibe el Espíritu Santo, y esto es después de oír el evangelio, y en el momento de creer en Jesús como su Salvador. Además, el recibir el Espíritu es por la misma fe que salva a la persona, la misma fe, el mismo momento de la salvación.
Romanos 8:9 Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él.
Para Pablo, él entendió claramente que de “no tener el Espíritu Santo dentro de uno mismo, la persona no es salva.” Por otra parte, los que son salvos, todos tienen el Espíritu Santo desde el momento en ser salvos y andan después según la dirección de Él. Las arras del Espíritu Santo (su morada es dentro del cuerpo del creyente) es un depósito o anticipo de toda la salvación que Dios va a darnos al morir. Todos los salvos tienen este anticipo (o sea, el Espíritu Santo) al momento de ser salvo. Al creer para salvación, ya la persona tiene al Espíritu Santo para toda la eternidad igualmente la salvación. Pero la idea de un anticipo (las arras) es entendido de ser algo tangible y dado en buena fe para dar confianza que el trato va a completarse a como dé lugar. El anticipo es de entender que el trato ya es cierto. Entendiendo este punto, nadie “tiene que buscar al Espíritu Santo.” Corresponde a Dios de dárnoslo, no que tenemos que buscarlo. Una de dos cosas: 1) Ya tienes el Espíritu Santo en el momento de ser salvo, y tal vez la persona no reconoce esto. O, 2) la persona no tiene al Espíritu Santo, porque no es salvo. En el caso último, no debe buscar al Espíritu Santo sino al Salvador Jesucristo. Allí se cae el peso sobre los Pentecostales que buscan al Espíritu en lugar de al Salvador. ¿Por qué no ponen sus esfuerzos en buscar y obedecer a Jesucristo? La Biblia no presenta que el Espíritu murió en la cruz o que el Espíritu es nuestro Salvador, sino que Jesús es.
El Ser Salvo es de Tener el Espíritu Santo
2 Corintios 1:21 Y el que nos confirma con vosotros en Cristo, y el que nos ungió, es Dios, 22 el cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones.
O sea, Dios nos confirma nuestra salvación, que realmente somos salvos por el sello del Espíritu Santo. Un sello es la marca de qué algo es genuino o de posesión (como una etiqueta), y también un sello da garantía de algo, como la calidad del producto. ¿Será posible que alguien acepta a Jesucristo, y años después recibe el Espíritu Santo que es el sello de su salvación? ¿No es obvio que Dios nos sella en el mismo instante en que creemos en Jesús?
El Espíritu Santo es nuestro sello (garantía) que somos la posesión de Dios (que somos salvos). Fíjate que esto es lo que debe ser en el caso de CADA creyente. 1 Pedro 1:15 sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; 16 porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo. (Levítico 20:7 Santificaos, pues, y sed santos, porque yo Jehová soy vuestro Dios.) El sello o marca de que algo o alguien “es de Dios”, es que es salvo y su vida es piadosa. “Manifestaciones” como en las cosas místicas no indican que uno es salvo (Mateo 7:22-24), sino en la piedad y en la santidad de uno.
La Garantía de que Somos Salvos
1 Juan 5:13 Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios.
Fíjate que las palabras “somos salvos” no es exactamente la situación. Sí, somos salvos, pero a la vez, nuestro rescate en el día del juicio no ha llegado todavía, entonces nuestra salvación es una “esperanza” que cumplirá nuestro rescate en el día del juicio y no sufriremos la ira de Dios. Lo que cuenta es aquel día, lo que pasará. Las arras son como uno anillo de compromiso, como cuando dos jóvenes se comprometen para casarse. El muchacho le da a la muchacha el anillo de compromiso en que él va a casarse con ella tal día. Dios dice que va a rescatarnos tal día de la ira de Él (es la promesa), y el depósito o garantía que Dios va a cumplir es el Espíritu Santo morando dentro de nosotros. ¿Cómo es posible que uno es salvo y no tiene esta garantía de Dios, que es el Espíritu Santo morando adentro de uno?
La Explicación de Lucas 11:13
Lucas 11:13 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?
El punto de lo que dijo Jesús es de iluminar el carácter bueno de Dios, (Mateo 7:11 es paralelo a nuestro versículo y tiene “buenas cosas” en lugar de “Espíritu Santo”) no de condicionar al Espíritu en que le buscamos para obtenerle. No tenemos que mendigar a Dios por el Espíritu, sino como un buen padre, con gozo nos da. Dios no es tacaño con Su buen Espíritu, sino lo da con abundancia y libremente. De Su voluntad, nos concede El Espíritu Santo. No hay ejemplos (afuera de la mera transición en Hechos) de cristianos recibiendo el Espíritu después de su salvación o con evidencias espectaculares. Hubo dos ejemplos, uno para los judíos y el otro para los gentiles. El asunto no es que tienes más del Espíritu Santo, sino que entregas más de tu vida a Dios.
La Morada del Espíritu Santo en nosotros
Juan 14:17 el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.
El Espíritu Santo puede morar solamente con el creyente. Aun con el creyente, hay tiempos que anda en pecado y está afuera de la presencia de Dios y no goza del Espíritu (pensamos en David en Salmo 51:11 citado al principio del folleto), y esto es que no percibimos su presencia por este pecado. Cuando el Espíritu Santo es fuerte en nosotros, o la presencia del Espíritu es fuerte en uno, la persona no peca. Se pone victorioso en limpiar su vida, aunque antes de su muerte, tenga todavía algo de pecado. Pero él lucha una gran batalla en contra del pecado en su propia vida.
Hay consecuencias del Espíritu Morando en Nosotros
1) La persona nace de nuevo, la persona es salva. Juan 3:1-8. Es una nueva criatura. 2 Corintios 5:17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
2) Nos confirma que somos hijos de Dios. Romanos 8:15… que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! 16 El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. 17 Y si hijos, también herederos… ¿cuál es este testimonio? Cómo el Espíritu de Dios es santo, somos santos también. Uno fija su victoria sobre sus pecados.
3) Somos miembros o parte del cuerpo de Cristo (la iglesia universal). 1 Corintios 12:13. La persona que no se integra con una iglesia, comunidad de creyentes para convivir con ellos, adorar y participar lo que es la iglesia, hay algo mal con tal persona.
4) El Espíritu en nosotros hace clara nuestra situación espiritual. 1 Corintios 2:12 “para que sepamos lo que Dios nos ha concedido”. Valora las cosas espirituales.
5) El Espíritu nos reparte dones espirituales, que son habilidades de servir en la obra de Dios. 1 Corintios 12:11. No podemos entender a ningún cristiano que es salvo y que no sirve a Dios y a la comunidad de fe. No entiende su salvación.
6) El Espíritu nos da fuerza en donde no podemos con nuestra propia fuerza. Romanos 8:26-27. La marca del Espíritu Santo es en empoderarnos para servir en la obra de Dios.
7) El Espíritu hace a uno andar en el Espíritu (Gálatas 5:16) y ser guiados por el Espíritu (Romanos 8:14). La vida cristiana constantemente vivida por Cristo es en el Espíritu Santo obrando dentro de la vida del cristiano.
8) El Espíritu Santo produce “el fruto del Espíritu”. Gálatas 5:22-23.
9) Nos convence del pecado (Juan 16:8), y se contrista cuando pecamos (Efesios 4:30). Esto es, Dios “nos limpia del pecado” (1 Juan 1:9).
La Secuencia de Eventos
Juan 7:37 En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. 38 El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. 39 Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado. Entonces, hay una secuencia de eventos. Esta “abundancia” del Espíritu Santo había de “llegar” a los creyentes cuando Jesús iba a ser glorificado, o sea, llevado al cielo después de su resurrección. Esto pone específicamente el evento en el día de Pentecostés, 50 días después de la resurrección. Juan 15:4 Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Nos fijamos que no hay mandamiento de quedarse en el Espíritu. Pero para agradar a Dios tenemos que “permanecer en Cristo”. No debemos apagar el Espíritu. 1 Tesalonicenses 5:19 No apaguéis al Espíritu. O sea, debemos seguir la dirección del Espíritu.
eb32 No Debemos Buscar al Espíritu Santo
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