eb33 Equidad y Responsabilidad Lo que Dios te debe y lo que debes a Dios es un análisis del concepto de equidad comparándola con nuestra responsabilidad y la de Dios.
Por David Cox
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Salmos 98:9 Delante de Jehová, porque vino a juzgar la tierra. Juzgará al mundo con justicia, Y a los pueblos con rectitud.
Hoy en día hay mucha plática sobre la equidad. El mundo ha cambiado su definición de lo histórico, equidad es de ser justo a todos, a un nuevo concepto, todos deben recibir mucho bien de Dios. A la verdad, esto se basa en un mal concepto de nuestra relación delante de Dios. Se confunde la igualdad con la equidad.
Isaías 1:21 ¿Cómo te has convertido en ramera, oh ciudad fiel? Llena estuvo de justicia, en ella habitó la equidad; pero ahora, los homicidas.
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Equidad tiene que ver con rectitud, lo que es correcto. Dios ha dado diferente a diferentes personas, y Dios toma en cuenta esto cuando juzga. Cada persona debe trabajar lo mejor que puede con lo que Dios le ha dado. No debemos querer lo mejor si tratamos con poco esfuerzo.
Tabla de Contenido
El Buen Carácter nos Lleva a Dios
Proverbios 2:1 Hijo mío, si recibieres mis palabras, Y mis mandamientos guardares dentro de ti, 2 Haciendo estar atento tu oído a la sabiduría; Si inclinares tu corazón a la prudencia, 3 Si clamares a la inteligencia, Y a la prudencia dieres tu voz; 4 Si como a la plata la buscares, Y la escudriñares como a tesoros, 5 Entonces entenderás el temor de Jehová, Y hallarás el conocimiento de Dios. 6 Porque Jehová da la sabiduría, Y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia. 7 Él provee de sana sabiduría a los rectos; Es escudo a los que caminan rectamente. 8 Es el que guarda las veredas del juicio, Y preserva el camino de sus santos. 9 Entonces entenderás justicia, juicio Y equidad, y todo buen camino.
El objetivo que Dios tiene para nosotros en estos versículos es que no enojemos a Dios con nuestras vidas, sino que nuestras vidas agraden a Dios. Es muy importante de fijarse que Dios tiene ira en contra de los que rompen sus principios morales. Hay carácter bueno que causa que Dios nos vea con placer, y hay carácter en el cual Dios se enoja con nosotros.
La Parábola de los Talentos
Mateo 25:14 Porque el reino de los cielos es como un hombre que, yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes. 15 A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos. 16 Y el que había recibido cinco talentos fue y negoció con ellos, y ganó otros cinco talentos.
Esta parábola corresponde a nuestro pensar sobre la equidad. Unos quieren decir que ni modo como empezamos, todos debemos terminar iguales. O sea, su idea es de ser rico y de buena salud para toda la vida. Pero así no es como Dios funciona, y así no es como está la vida. Dios reparte dones según nuestra habilidad demostrada en ser fiel y cumplido con lo que tenemos, tu presente ministerio.
Si estudias la imagen en la portada de este folleto, hay dos factores o elementos diferentes entre los tres muchachos. Primero es lo que Dios le dio a cada uno en el principio (su altura), y luego es el tamaño de la caja que cada uno consigue. Pero la gente de hoy quiere que el resultado final sea igual y llaman a esto justicia, equidad, y lo correcto (rectitud). Pero la parábola de los talentos es como Dios nos trata actualmente. Allí entra el factor muy importante que todos están ignorando, que es la fuerza de voluntad de uno mismo.
Mateo 25:18 Pero el que había recibido uno fue y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su señor… 21 Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.
El siervo inútil tuvo sus propias prioridades para su vida, y de plano, las prioridades y asuntos importantes del maestro no eran importantes para él. EN SU PENSAR, NO ERA UN SIERVO REALMENTE. Al final, salió a la luz de día, y el maestro echó al infiel al infierno.
Como pastor, oigo a muchos que me dicen que no tienen tiempo ni interés en asistir a la iglesia, y en adorar a su Creador y Redentor, ni en participar en la obra de Dios. Estas cosas no son sus prioridades, y actualmente, no son de su interés.
En el día en que Dios va a juzgar la vida y acciones y elementos morales de la vida de cada uno, la cuestión de fondo es ¿Qué has hecho con lo que Dios te ha dado? El principio al momento en aquel día será tu participación y actividad, no lo que Dios te ha dado. Hay unos puntos muy importantes de tomar en esto.
- Somos siervos de Dios, y debemos ser útiles para los propósitos de Dios, no viviendo como que somos dueños de nuestras posesiones, talentos y vidas.
- A propósito, Dios da diferentes cantidades de talentos a diferentes personas. Esto no es un defecto de parte de Dios, sino que es como Dios funciona.
- Dios reparte como Él ve que podemos aguantar. Actualmente, tienes poco porque has sido infiel con lo poco que Dios te ha dado. Dios sabe que si te da más, vas a malgastarlo en tu propia vida.
- Si todo lo que tenemos lo recibimos de Dios, entonces debemos vivir sin jactancia y sin depresión porque hay otros que tienen más que nosotros.
- Los premios en la eternidad se basan en cómo vives en el presente.
- 2Cor 5:10 proclama que todos vamos a ser juzgados según nuestras obras. Esto causa premios o castigos, depende si la persona es salva o no. Para el salvo, no recibirá nada si sus obras no corresponden con lo que debe ser un hijo de Dios.
- Nadie es salvo por buenas obras. Pero tu relación realmente se refleja en qué haces para agradar a Dios (tus obras).
El siervo de un talento NO HIZO NADA DE ESFUERZO PARA LABORAR EN LO QUE DIOS LE DIO. Allí es donde tenemos justicia. El que no tiene esmero en su propia vida ni es un hijo de Dios y según la parábola, Dios sabe esto y ha decidido que tales “siervos” (por un rato se nombra entre los verdaderos siervos como las cizañas entre el buen trigo) terminen en el infierno.
El Ejemplo de la Alcachofa
Si alguien compra alcachofas y las prepara para restaurantes, y el dueño del restaurante le da $3000 pesos para prepararle 500 para un banquete, y el día del banquete llega y dice, “Aquí está tu dinero enterito”. ¿Qué dirá el dueño del restaurante? “No eres trabajador mío, vete.” Nos identificamos como siervos de alguien por medio de los servicios que le hacemos. La cuestión es, simplemente, “¿Eres útil (fiel) o no al Señor?”
Teniendo Equidad
Mateo 25:28 Quitadle, pues, el talento, y dadlo al que tiene diez talentos. 29 Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. 30 Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.
Muchos van a quejarse de porque este siervo inútil perdió aún lo que tenía. Pero espera un momento. En el principio, el maestro está prestando talentos (una cantidad de oro o plata) a ellos, y este dinero, o talento, no es un regalo a ellos para hacer cualquier cosa que quieran, sino una mayordomía que tuvieron que manejar el talento para fines del maestro (hubo un rango angosto de actividades que se puede hacer con ello).
Lucas 16:1 Dijo también a sus discípulos: Había un hombre rico que tenía un mayordomo, y éste fue acusado ante él como disipador de sus bienes.
1 Corintios 4:1 Así, pues, téngannos los hombres por servidores de Cristo, y administradores de los misterios de Dios. 2 «Ahora bien,» se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel.
Dios está totalmente en su derecho (y todavía tener equidad en sí) de quitar todo lo que te ha prestado por ser disipador de tu encargo. ¿Cuál es tu encargo? Lo mínimo es tener una vida y ser salvo. Debes contribuir a la obra de Dios por asistir a una buena iglesia e invitar a otros a conocer a Cristo. Debes orar por los hermanos y por la obra de Dios.
Romanos 9:3 Porque deseara yo mismo ser anatema, separado de Cristo, por amor a mis hermanos, los que son mis parientes según la carne;
Pablo es un ejemplo muy visible de su ánimo en ver a otros llegar a conocer a Jesús como su Salvador. Su esmero en complacer a su Redentor es muy obvio. ¿Por qué la gente tiene poco interés en la obra de Dios, en complacer a Dios? Es porque muchos son “siervos” inútiles. Se nombran entre otros cristianos como “hermano o hermana” pero por los hechos de su vida, niegan que conocen al Salvador.
Quejándose de tu Vida
Éxodo 16:7 y a la mañana veréis la gloria de Jehová; porque él ha oído vuestras murmuraciones contra Jehová; porque nosotros, ¿qué somos, para que vosotros murmuréis contra nosotros? 8 Dijo también Moisés: Jehová os dará en la tarde carne para comer, y en la mañana pan hasta saciaros; porque Jehová ha oído vuestras murmuraciones con que habéis murmurado contra él; porque nosotros, ¿qué somos? Vuestras murmuraciones no son contra nosotros, sino contra Jehová.
Moisés admitió que las dificultades y la situación difícil de sus vidas era la voluntad de Dios para ellos.
Filipenses 2:14 Haced todo sin murmuraciones y contiendas, 15 para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo;
No sirve de nada quejarse contra Dios. Es de decir, dame la vida suave como veo que otros la tienen. Dame riquezas y lujos, placeres sin fin. Pero Dios sabe lo que hace. Nos da justo lo que es recto para que tengamos.
2 Corintios 10:12 Porque no nos atrevemos a contarnos ni a compararnos con algunos que se alaban a sí mismos; pero ellos, midiéndose a sí mismos por sí mismos, y comparándose consigo mismos, no son juiciosos.
No debemos pensar que es recto y justo, que Dios dé a todos lo mismo. Dios tiene el derecho de hacer con nosotros lo que quiere, y siempre recibimos más de lo que merecemos.
eb33 Equidad y Responsabilidad Lo que Dios te debe y lo que debes a Dios
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